Capitulo Uno.

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Capitulo uno.

No me gustaba trabajar, pero era algo del cual debía hacerlo si quería conseguir plata. Mamá Jan siempre me preparaba algo antes de irme, ella era mi tía y vivía con ella. Pese a que tenía mi propio departamento lo hacía, porque me sentía solo. Mi tía tenía unos cincuenta años, era más mi madre, me había criado durante casi toda mi vida y tenía parte de mi corazón, una gran porción por supuesto.

Quince minutos después ya me estaba terminando de poner mi traje azul marino y mi corbata con el que hacia juego, mamá Jan golpeo la puerta de mi habitación.

-Pasé.- Respondí mientras me miraba en el espejo.

-Me gustan como te quedan los trajes hijo.- Emboce una sonrisa y la mire, tenía sus ojos azules brillando.

-Usted es preciosa.- Respondí suavemente, su reacción de alegría lleno mi corazón. Ella era la única mujer que había en mi vida.  –Venga.- Hice unas señas con la mano y se acerco con los ojos achinados y su sonrisa de oreja a oreja. La estreche entre mis brazos y bese su cabeza.

-Lo quiero mucho.- Me dijo, sonreí mientras apoyaba mi mentón en su cabeza.

-Yo más.- Le respondí y ella se separo de mí, me miro y luego soltó una risa.

-Llegaras tarde si no bajas y tomas tu desayuno ahora.- Me dijo y yo reí, mientras asentía baje la escalera y me senté en la mesa de la cocina con una taza de café humeante. 

Después de despedirme, entre a mi volvo rojo y me dirigí a la escuela. Era un consejero de secundaria, es decir, vivía prácticamente rodeado de adolescentes, tratando de "guiarlos hacia el camino correcto." La escuela "Ross the academy" tenía alrededor de 10.000 alumnos, del cual me ocupaba de la mitad que tenía problemas, era una escuela tranquila y casi no había tanto problemas de peleas y chicos rebeldes.  Mamá Jan me había recomendado en la escuela, el director me acepto gustoso ya que en el fondo sabia que el tenia algo con mamá Jan. 

La escuela se encontraba en el lugar perfecto, cerca de un parque y un supermercado. Era elegante, con sus puerta de madera roble y los ladrillos perfectamente a la vista. Por dentro era mejor, el piso blanco liso, hacían juegos con las paredes color crema y los casilleros de un color verde agua. Las puertas de un marrón claro con una pequeña ventana que se dejaban ver por el interior. Tenía tres pisos y muchas actividades del cual participar. 

Camine por el pasillo con una seguridad máxima y una sonrisa en mi cara, pase a un grupo de chicos que me saludaron simpáticamente y a continuación a un par de chicas que pasaban. No sé porque, pero a veces, cuando las atendía sentía como si me coqueteaban, es ilógico, ya que ellas, tiene más de un millón de chicos de su edad. Algunas eran preciosas claro.

Llegue a mi oficina y entre, como siempre todo ordenado y organizado, sonreí satisfecho por María la que limpiaba y me senté en mi silla de cuero marrón que había traído especialmente de mi casa. Prendí mi portátil y revise la lista de lo que debía de hacer hoy.

Brittany Johnson ya se mudó por lo tanto ya no la entendería más. La borre de la lista.

Luca Lerman  ya a arreglado los problemas con su padres y todo salió perfecto, también lo borrare de lista.

Joaquín Marqués estaba en proceso con su problema de salir...del closet por así decirlo, no lo borrare.

Destiny Lavín, ella no la conocía, tal vez era la primera vez que la atendía. La marque y pase al siguiente chico.

Estuve un rato así hasta que sonó el timbre del primer recreo, lo que me indicaban que pronto llegarían los chicos. Joaquín entro con el rostro demacrado y no porque le hayan dado una paliza, si no parecía que no dormía en días, se sentó enfrente a mí con su mochila en hombro y me miro, le di una sonrisa de "todo está bien" y el sacudió su cabeza.

Los secretos de un consejero y su alumna.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora