Capitulo ocho. "Jenny"

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Capitulo ocho.

Sin bien apenas reaccione la abrace, Destiny aun no dejaba de llorar. Me sentí culpable por a ver pensado de que tal vez ella era una pandillera que le gustaba los problemas. 

Destiny no era así, eso lo sabía y no me entraba en la cabeza que le haya culpado por eso. Ella solo había defendido a su madre con justa razón, su mamá era prostituta y ella se avergonzaba de eso. 

-Tienes que hablar con el director, para que no te expulse.- Ella negó rápidamente.

-No, nadie lo sabe a excepción de nosotros dos, Camille y ahora… Martina.- Se separo de mí y me miro. –No se lo puedes decir a nadie, mi mamá me prohibió que hablara de eso… por favor.- Asentí, tome el agua oxigenada y una venda. La moje con el agua y la acerque a la herida, ella se corrió.

-No te va a doler. Y si te duele, procurare parar.- Ella asintió. -¿Qué harás con Martina?- Pregunte mientras intentaba desinfectarle, frunció los hombros.

-No lo sé, seguramente ahora lo usara como un chantaje, asique…- Suspiro. –Hare lo que ella quiera. 

-Oh no, no. Deja, yo hablo con ella.- Frunció el ceño.

-¿De enserio?- Asentí. –Pero ¿Y si no te hace caso?

-Le mentiré, la amenazare con el director.- Ella asintió mientras rodeaba sus manos en mi cuello.

-Gracias.- Rápidamente, beso mis labios. 

Cuando termine de curarla, ella se dirigió para la oficina del director, sin antes darme un beso y yo me fui a la mía. Habían papeles tirados en el piso, ya que antes de salir corriendo había dejado todo así no más, asique los ordene de nuevo y espere al recreo. 

Una niña de unos catorce años, pecosa y con el pelo pelirrojo entro y se sentó al frente mío, efusivamente. 

-Hola ¿Cómo te llamas?- Le pregunte con la vista en mi computadora, para copiar sus datos.

-Cassandra Millar, pero me dicen Cassie.- Anote su nombre. -¿Tu eres el profesor Matt?- Pregunto y solo atine por asentir. –Oh, tengo quince.- Levante la mirada y le sonreí.

-Bien... ¿Qué tienes para decirme?- Me miro mordiéndose el labio inferior.

-Es que, soy muy tímida, y no puedo hablar con casi nadie sin que me ponga colorada o haga algo estúpido.-Dijo rápidamente y suspiro. –Y busque en internet cuales podían ser las razones, y la única que encontré que concorde conmigo es sobre las mamás sobre protectoras.- Asentí. –Y ahora no se qué hacer.

-Oh linda, bueno…- Puse una mano en la quijada. –Pues, habla con ella, amablemente, siempre funciona. Dile lo que piensas, ella lo va a entender.- Ella sonrió y se paro.

-Lo intentare. Muchas gracias señor.- No me dejo responderle que salió por la puerta casi corriendo. 

La siguiente fue mi hermosa Destiny, que se había cambiado la cola de caballo por una trenza. 

-No había nadie más esperando por entrar.- Respondió y puso llave. Fruncí el ceño. Se acerco a mí y se sentó sobre mi regazo. Rápidamente rodee mi mano por su cintura y me beso. 

-¿Qué te dijo el director?- Pregunte después de separarnos, ella frunció los hombros.

-Hum, dijo que por mis buenas notas, me lo iba a dejar pasar. Ni Martina ni yo, dijimos algo, va, yo solo mantenía la cabeza gacha hasta que todo termino.- Respondió y miro hacia mi computador. –¿Qué haces?- Me miro.

-Estaba trabajando, mi Cielo. –Ella rio.

-¿Cassandra Millar?- Pregunto y reí.

-Es una alumna que necesita ayuda.- Le respondí, ella asintió.

Los secretos de un consejero y su alumna.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora