Capitulo nueve.

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Capitulo nueve.

Cuando llego el lunes por la mañana yo estaba de un mal humor, Jenny me había llamado todo el sábado por la tarde y el domingo y en cambio yo había llamado a Destiny y ella seguía sin atenderme, el sábado por la noche la había visto conectaba en Facebook y le había dejado unos mensajes, pero ella solo me había clavado el visto, no sé qué estaba pasando ¿Y si se entero de mi salida? Pero… ¿Por quién? Estaba terriblemente irritado. 

Camine por los pasillos buscando a mi niña, pero no la encontré, los alumnos pasaban y me felicitaban, tal vez me habían visto con Jenny el viernes, esa era la única razón. Entre a mi oficina y pegue un portazo, no había visto a Destiny. 

En el primer recreo no se apareció, ni el segundo. No me podía concentrar con los chicos que debía trabajar, y ellos parecían notarlo porque a la mínima oportunidad, ellos se iban. 

Ah la hora del almuerzo creo que salí primero que todos y me quede parado en la puerta de la cafetería dejando pasar a todos los alumnos y así poder divisar a Destiny, no me importaba encontrarme con Jenny, solo no sabía que decir. 

Pero ella pareció ignorarme a mi cuando paso con la cabeza gacha, tal vez había herido su orgullo. Cuando ya la mayoría de los alumnos habían entrados, yo ya me estaba por ir, resignado a no verla por hoy. Pero todo cambio cuando la divise con Camille que venía sonriendo. Venia distraída por lo cual, cuando paso por mi lado la tome suavemente del brazo. Ella me miro con el ceño fruncido, y después apretó la mandíbula. Nada estaba bien.

-Vete adelantando, yo ya voy.- Le dijo a Camille que asintió, me regalo una sonrisa y se fue. Cuando quedamos solo, la arrastre hasta el gimnasio que no quedaba tan lejos, cuando cerré la puerta y revise que todo estaba vacío, la abrace, con mucha, mucha fuerza.

-Suéltame.- Dijo fría y cortante, separe la cabeza de su cuello para poder mirarla. 

-No digas eso por favor, te eh extrañado mucho.- Ella hizo una mueca y miro para un lado. – ¿Qué sucede?- Pero fue inútil, porque yo ya sabía que era lo que pasaba.

-¿Qué se siente…- Su palabras se entrecortaban, oh no, estaba comenzando a llorar y yo no quería verla así. -¿Qué se siente, tirarse a la maestra más buena de la escuela?- Trato de separarse, pero yo no la deje, claro que no. 

-Déjame explicarte, por favor.- Ella negó mientras trataba de zafarse.

-No quiero que me vengas con escusas estúpidas.- Dijo con voz llorosa, pero aun así cortante. –Suéltame ahora, Matt.- La solté de a poco, ella suspiro. –No me vuelvas hablar, no quiero saber nada de ti.- Respondió mientras se acercaba a la puerta, pero yo era más rápido y me puse delante de ella. 

-Por favor.- Rogué, ella bajo la cabeza. 

-Déjame pasar.- Respondió, sentí las lagrimas por mis mejillas, yo no quería perderla. 

-Yo solo la acompañe porque me lo pidió, pero te juro que no paso nada.- Trate de explicarle a la fuerza, ella levanto la cabeza con la mirada echando fuego.

-¿No paso nada? ¿Por qué estas tan seguro? ¡Hola, no sé quién eres, ni lo que quieres pero Matt no puede responder ahora, llama después o por cierto soy Jenny!- Dijo con voz chillona en un intento de imitarle a Jenny. Las lágrimas caían por sus mejillas y joder, quería consolarla, pero no servía de nada porque yo mismo le había hecho el daño. –Y es increíble que jures que no ha pasado nada.- Negó con la cabeza y se me adelanto, abriendo la puerta y yéndose, dejándome como un estúpido ahí, llorando, solo. 

Corrí detrás de ella, yo no iba a perderla, la vi entrar a la cafetería y fui detrás,  pero al entrar no la encontré, el profesor Marcel se me acerco.

Los secretos de un consejero y su alumna.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora