Los secretos de un consejero y su alumna.

Capitulo once.

Capitulo once.

Deje a Destiny en su casa a las dos de la mañana, yo quería que se quedara conmigo esta noche, pero ella no quiso, dijo que mañana tenia escuela y en mi departamento no había ropa de ella, por lo tanto, la había traído a su casa y yo me fui a la que compartía con Mama Jan.

No la vi en la casa, seguro estaba durmiendo. Subí las escaleras con los pies pesados, me recosté en la cama mientras suspiraba. ¿Qué diablos estaba haciendo con mi vida? Había tenido relaciones sexuales con una niña, una simple niña ¿Dónde está mi cabeza? ¿Por qué no pienso cuando estoy con ella?

¿Te estás arrepintiendo?

¿Por qué esa pregunta voz interior? Claro que nunca me arrepentiría.

¿De qué te quejas entonces?

No respondí, me sentía estúpido, me acomode en la cama y me acosté, no necesitaba una ducha, pues, me la había dado con Destiny.

Me quede dormida en cuestión de segundos. Solo para despertarme dos horas después mi celular no dejaba de sonar, avisándome que me había llegado un mensaje, lo abrí mientras gruñía.

“¿Cómo estás? Sé que es de hipócritas escribirte, pero te extraño muchísimo. No hay un segundo que no te piense, eh cometido un gran error por haber hecho lo que te hice. No tengo excusas ¿puedes tan solo… aceptarme una taza de café en Emilyo´s? ¿Dónde nos juntábamos antes? ¿Por favor? Piénsalo.

Nicole xx”

Mi subconsciente se congelo ¿Qué quería esta mujer ahora? Es que ¿No puedo estar bien un segundo sin que venga alguien y lo arruine todo? ¿Tan sucio tengo el Karma? Bloquee mi celular y me volví a recostar tapándome con las sabanas. No quería pensar en ella ahora, no ahora, hacia más o menos un año de que la había estando superando ¿y vuelve ahora? ¿Después de un año y medio? ¿Qué la hizo cambiar de parecer? Ella lo sabía, sabía que yo tenía una gran debilidad hacia ella, o se pensaba. Porque ya no más, no quiero tener nada más que ver con ella. Era una hipócrita, una sínica, y no, no voy a volver a caer.

[…]

Mi rutina volvió a ser la misma, Mama Jan esperándome con el desayuno, caminar por los pasillos y que todos te saluden, tachar y revisar alumnos en mi computadora.

Todo normal, a excepción que Destiny me había mandado un mensaje para que le dejara un lugar en el segundo recreo, porque quería hablar conmigo.

¿Qué habría pasado?

No le respondí a Nicole todavía, no quería, no le iba a dar una tercera oportunidad, ella era de otra vida, lejos.

Destiny se apareció sonriente en la puerta de mi oficina. Yo le devolví la sonrisa algo distante, es que Nicole se colaba en mi mente y no me dejaba pensar con claridad.

No piensen que en un estado de “enamorado” yo estaba seguro que lo que sentía por Destiny era más fuerte que lo que sentía por Nicole ahora, pero ella me confundía, me ponía en un estado de impotencia.

Destiny me miraba desde la silla de enfrente, mientras que su sonrisa ya se había desvanecido, la mire y levanto las cejas, me aclare la garganta.

-Hola Cielo.

-Hola.

-¿Estas enojada?

-No, solo esperaba un recibimiento mejor ¿No es que merezco?

-Te mereces eso y mucho más Cielo, lo siento, estoy en otro lado. – Ella asintió. Y yo le sonreí mientras hacia mi silla hacia atrás y palmeaba mi pierna derecha. –Ven.- Ella rio y se acerco como  un rayo, se sentó.