Otra noche más junto al ventanal ocupaba lugar en su vida. No es que él no tuviera familia o pareja, de hecho si la tenía.
Sus padres y hermana seguían viviendo en Alemania, en su chalet a las medio afueras, sin embargo, él salió de Alemania y viajó a Australia, donde vivió tres meses, y de allí decidió mudarse a París, donde conoció a su actual novia, una chica pelirroja y ojos claros, de estatura media, muy natural y agradable.
Al principio le pareció un poco tímida, pero luego cuando la conoció mejor, se dio cuenta de que era una chica con la que podías hablar durante horas sin aburrirte, y eso era lo que le gustaba de ella, poder hablar con ella de todo y de nada a la vez, la espontaneidad y naturalidad de sus alocadas ideas, pero sobre todo lo que más disfrutaba junto a ella, eran los ratos en silencio que pasaban tomando bebidas calientes sentados en el suelo del salón comentando cualquier cosa que se les ocurriera.