Hoy su dia había sido de los peores desde que llegó la nueva temporada de invierno a las oficinas, mucho papeleo y pocos pedidos entregados, y como consecuencia tuvo que discutir con su jefe, apodado "el dragón" por su genio, ya que le gustaba ir 'echando fuego' sin tener que pagar consecuencias; ventaja de ser el cuñado de uno de los patrocinadores más influyentes.
Aunque cree que esta vez su jefe se ha portado, le odia profundamente por su forma de ser, odia la forma en que se dedica a tirar su dinero en cualquier tontería; odia que sobreactúe de esa forma tan exagerada solamente para aparentar ser más de lo que es, y hacer creer que te puede mostrar muchas más cosas de las que en realidad haría; odia la forma en la que cree que por ser el cuñado de un tío importante en la empresa, puede hacer lo que quiera o ni siquiera hacerlo.
En general odia todo de él, pero lo que le sorprende es que no es de los tipicos empresarios mujeriegos que presumen de lo que tienen y lo que son delante de las mujeres; mas bien lo hace delante de los hombres, y además tiene hijos a los que mantiene y todo.A la hora de comer decide bajar con sus compañeros al bar que hay en frente de las oficinas. Se sientan en el centro de la barra y se piden lo de siempre, un pincho de tortilla, un refresco y luego un café para levantar ánimos. Hablan de cualquier tema y de lo mal aue están llendo los pedidos de esa semana, él se disculpa y se va al baño.
Sale del baño colocándose los gemelos de la camisa y sin querer se choca con una chica.
"Perdón" se disculpa la chica.
"No te preocupes, debí mirar por dónde andaba" tras decir eso se va medio atontado, esa voz le ha cautivado, aunque ha sido un gran fallo no haberse fijado en ella, pero iba muy ocupado evitando que se le cayeran los hemelos al suelo.Cuando llega a su casa el reloj marca las ocho y tres minutos, se afloja la corbata y deja los zapatos en una esquina del salón para luego no tropezarse por la noche. Decide calentar la leche mientras se pone más cómodo. Opta por un chándal negro y una sudadera del mismo color y vuelve a la cocina, donde mezcla la leche con un poco de cola cao y se apoya en el ventanal del salón mientras se lo bebe.