Entro a casa, cierro la puerta con el talón y tiro el bolso encima del sofá blanco que tengo a la derecha para lanzarme después, me quedo boca abajo y sonrío como una tonta, la despedida al principio ha sido incómoda porque ni sabía cuál era la manera adecuada de despedirme, pero cuando Adam me ha dado el beso tan cerca de la comisura de mis labios me he relajado bastante.
Me siento sobre el sofá y doblo la rodilla derecha apoyando el pie en el sofá para quitarme los cordones, hago lo correspondiente con el otro pie y tiro los zapatos haciendo que caigan por algún lado del salón, me dirijo a mi habitación donde me cambio al pijama, que consiste en una camiseta con rayas azules y blancas y un pantalón a juego. Voy a la cocina donde me preparo un vaso de leche con Nesquik y me tumbo en el sofá a ver alguna serie que estén poniendo.
Realmente no le presto atención a lo que estoy viendo, no dejo de pensar en lo bien que lo he pasado en la cita con Adam, y la verdad es que no me arrepiento para nada de haber salido con él.
Siento como poco a poco se me cierran los ojos y me quedo dormida viendo C.S.I. las Vegas.
Estoy corriendo una maratón , voy la primera mujer aunque quinta en la clasificación conjunta según mi representante.
Hago la curva y a 100 metros veo la meta, empiezo a sentir la fatiga en las piernas, pero aún así cierro los ojos y corro lo más rápido que puedo, los vuelvo a abrir y estoy a tres metros de la meta, me acerco aún más, estoy a punto de cruzarla, pero de repente oigo un timbre, me paro y poco a poco el público animándome, el suelo y todo a mi alrededor empieza a desaparecer, y poco a poco empiezo a cegarme por la luz que me da directamente a la cara, el sonido del timbre se hace cada vez más real.Me levanto de golpe provocando que me dé un pequeño mareo y voy hacia la puerta, pero antes de llegar tropiezo y aterrizo en el suelo con la cara.
-Auch- exclamo por el dolor que me ha causado la caída.
Al otro lado de la puerta oigo a alguien reírse y distingo su risa de cerdo malvado en seguida.