Blanca sigue enamorada del chico misterioso de los ojos marrones café, y yo llevo varios días saliendo con Adam, es muy agradable y me gusta bastante su compañía, los sitios a los que me lleva en las citas son muy originales y nunca me imaginé que me llevarían a ellos en una cita.
Me llega un mensaje en whatsapp y lo abro en seguida, es de Blanca:
Blanca: ¿tienes descanso a la hora de comer?
Yo: hoy no, lo siento mucho <3.
Blanca: okey, me habría gustado que vinieras, había pensado en ir al bar en el que me encontré con el misterioso chico de los ojos café para ver si está.
Mi mejor amiga está realmente loca, yo no me atrevería a hacer eso para volver a ver a un chico del que me he pillado.
Yo: me gustaría ir contigo, pero ¿con quién piensas ir si yo no voy contigo?
Blanca: no lo sé, tú eres mi mejor amiga, no tenía un plan B.
Yo: espérame, estoy fuera en 5 minutos.
No quiero que mi mejor amiga fuera sola allí, tengo que admitir que tengo curiosidad por conocer a ese chico tan "atractivo", y eso si me fío de la exagerada que tengo como mejor amiga.
Terminé de atender al último cliente y me quité el delantal mientras andaba hacia la habitación de las taquillas, abrí la mía, la 37, guardé el delantal y la gorra y saqué mi bolso.
Me asomo por la puerta para asegurarme de que nadie me va a ver si salgo antes de mi hora, nadie viene, así que acelero el paso saliendo por la puerta con el cartel de "PRIVADO" y consigo salir del local sin ser vista por mi jefa. Una vez en la calle decido coger el autobús hasta la casa de Blanca.
Tardo cinco minutos hasta llegar a la parada de Blanca, me bajo del autobús y cruzo la calle ya que Blanca vive en la acera de enfrente y le mando un mensaje para que baje. Cinco minutos después sale por el portal vestida con unos vaqueros ajustados, unas converse blancas y una camiseta de tirantes del mismo color.
-Pensaba que no ibas a venir – me dice cuando se acerca lo suficiente como para que la oiga.
-No iba a quedarme sin poder ver al novio de mi Blancanives – la abrazo en modo de saludo y ella me saca la lengua cuando nos separamos.
-No me llames así Ev – se queja – además no es mi novio – hace una pausa – aún – dice soltando un risita.
-¿Está muy cerca de aquí el bar ese? – pregunto cambiando de tema.
-Está más cerca de mi restaurante – dice dándole a un botón que desbloquea las puertas de su Seat León rojo. Entro por la puerta del copiloto y me abrocho el cinturón mientras ella arranca el coche. El viaje nos lleva unos quince minutos los cuales se pasan muy rápido ya que no paramos de cantar las canciones que suenan por la radio. Blanca consigue aparcar y nos bajamos, cruzamos la calle y entramos a un bar con el nombre de "La Palette".
Por dentro tiene mesas redondas de madera y unas lámparas colgadas en línea del techo iluminando el lugar.
-Habías venido aquí antes – le pregunto a Blanca.
-No, el día que me encontré al chico este era la primera que vez que venía – me contesta mientras recorre el lugar con la mirada buscando a su "novio".
-Tienes que inivitarme a desayunar aquí algún día – bromeo.
-Yo te invito a que vengas conmigo pero tú me pagas el desayuno ¿vale? – la miro a los ojos levantando una ceja – es el mejor plan que se me ha podido ocurrir en el último año, tienes que admitirlo – río y acabo aceptando su propuesta.
