[01]

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–Te veo después.

–¿Estás segura que no quieres que te acompañe a casa? —preguntó preocupado Aaron, mi novio.

–Si estoy segura, tranquilo que estaré bien. —le di un corto beso y me di la vuelta.

Caminaba hacia mi casa por las oscuras y frías calles de Los Ángeles. Hacía demasiado frío así que saque un cigarrillo para calentarme un poco.

Busque mi móvil para ver la hora pero no estaba por ningún lado. Genial tenía que volver por el a casa de Aaron.

Camine de regreso a casa de Aaron. Ya que él me había dado una copia de sus llaves abrí y entre sin más.

Subí las escaleras y camine con lentos pasos a su recámara. Abrí la puerta de madera y me quedé paralizada.

–¿Zoe? —me miró asustado— Yo puedo explicarlo.

Se enrolló en la sabana y camino hacia mi.

–Aléjate de mí. —le grité— Solo voy a tomar mi móvil y me iré para que puedas seguir.

Aguante las lágrimas, me acerqué a la mesa de noche y tome mi celular.

–Zoe por favor. —habló la chica rubia, Madison mi "mejor amiga".

No dije nada y salí ignorando las súplicas de ambos. No iba a llorar, no está vez. No sería de nuevo la misma niña estupida a la que le rompen el corazón, no más.

Entre a mi casa hecha una furia, subí a mi recámara tome una maleta y comencé a empacar. Ya lo había decidido me iría. No tenía más que perder. Mi familia me odia, todos me odian. No podían hacer nada ya tenía edad suficiente para marcharme.

Tome la pequeña caja que tenía debajo de mi cama, en ella había mis cosas más preciadas, y el dinero que he estado ahorrando desde que entré a la preparatoria, mis tarjetas de crédito, papeles, etc. Los recuerdos vinieron a mi mente al ver la pequeña navaja ahí. Agite mi cabeza borrando los recuerdos.

Metí la pequeña caja en la maleta, le di un último vistazo a mi querida habitación y salí de ahí. Tome un taxi hasta el aeropuerto, le pague al taxista y entre.

No sabía a dónde iría, ni con quién. Solo quería irme. Fui a la recepción y mire los horarios y ciudades. Elegí el vuelo más próximo que sería en 40 minutos. Pedí un boleto lo pague y fui a la sala de espera. Mi destino Miami.

Me senté en uno de los asientos de la sala de espera, conecte mi móvil en uno de los enchufes que había ahí. Mi móvil no paraba de sonar, estaba harta de las llamadas. Todas eran de Aaron y Madison. Que se jodan.

–Pasajeros con destino a Miami vuelo número 348, favor de abordar su vuelo. —llamo el altavoz.

Esa era mi vuelo. Tome mi móvil, mis maletas y demás. Pase por seguridad, deje el equipaje y subí al gran avión. Busque mi asiento y cuando lo encontré me senté, genial me había tocado en la ventana.

Saque mis auriculares y puse algo de música. En mis oídos se oían la hermosa voz de Corey Taylor.

Me sentía bastante fatal pero no iba a llorar, no iba a demostrarlo. Iba a ser fuerte. Algo que debí ser hace mucho.

Un chico se sentó a mi lado, pero no le tome importancia. Seguí escuchando música.

El vuelo despegó y el sueño me estaba ganando.

Me sobresalté alguien había tocado mi hombro. Me quite los auriculares y gire mi vista al chico. El castaño me sonrió y yo lo fulmine con la mirada por despertarme.

Posesivo :: Andy Biersack.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora