Termino de ondular mi cabello, me miro al espejo revisando que mi maquillaje esté correcto y sea sutil. No puedo dejar que nada se arruine. Al salir del baño con mi súper caja de la belleza, Sura está sentada en mi escritorio moviendo las piernas mientras se escucha de fondo About a girl, sonrío ya que no le pega nada. Digamos que en este momento mi niña parece una auténtica reina, viste una falda negra con una blusa rosa, los tacones a juego con el bolso y una diadema, yo por mi parte, llevo unos pitillos negros rasgados junto a una camiseta blanca, tacones de charol, acompañado de una chaqueta de cuero y bolso a juego.
Bajamos las escaleras para llegar al comedor donde nos espera Lucas, por supuesto yo entro antes para "presentar" mi última creación.
- Cierra esa boca Lucas -le digo dándole unos golpecitos en la barbilla.
- No puedo, tengo una prima espectacular -me guiña el ojo.
- Todavía no has visto a la reina de la noche -le digo pasando por detrás suyo para apoyarme en sus hombros, quedando yo en la parte trasera del sofá.
Nada más entrar Sura todos sus músculos se tensan por los nervios que le han causado la vista de su novia, ésta le da un beso y poco después ríe sonoramente.
Al salir al jardín delantero para irnos me quedo boquiabierta, sorprendida por todo el trabajo que ha hecho Lucas, el camino tiene a ambos lados velas junto a cada una de ellas hay una rosa roja con una frase en su perfecta hoja. Al darle al botón del mando, que mi primo me había pedido, nada más su chica empezaba a andar se enciende su canción, aquella que da diabetes de escucharla y nombre únicamente pronunciable por los enamorados. Cuando termina el camino de velas se encuentra un gran oso de peluche esperándola con un regalo. El osito sujeta una bolsa de pandora entre sus manitas, la cual contenía una preciosa pulsera en su interior.
Es el San Valentín/cumple más romántico que he visto, ahora mismo ya me da igual que Hugo no me traiga nada, después de todo no me lo merezco. Hoy celebraremos el decimoséptimo cumpleaños de la nena más especial del mundo.
Caminando hacia el coche siento que alguien toma mi mano izquierda, me da la vuelta y me besa, quedo pegada contra el coche cuando sus manos bajan por mi cintura y vuelvo a sentir esos labios con su peculiar sabor que tanto me encantaba y ahora solo me resulta como ácido. Al separarnos lo veo con una sonrisa pícara en la cara y me tiende un pequeño ramo de flores azules.
Lucas lleva el coche hasta la casa de Sura la cual está muy confusa, aunque el listo de mi primo le ha dicho que vamos a dejar el peluche y los ramos. Para poder ir después tranquilamente hasta su sorpresa, lo que ella no sabe es que todo ha comenzado desde el momento que ha salido por la puerta de mi casa.
Nada más entrar en la estancia una melodía entra por mis oídos al igual que muchos globos rosas y blancos invaden mi campo de visión. Sura se emociona ante todo esto hasta el punto de que una lágrima sale de sus vidriosos ojos. Entramos al comedor donde está todo el mundo escondido y al notar la presencia de la cumpleañera gritan a coro, ¡Sorpresa!
En el centro de la sala podemos ver una gran tarta de chocolate con forma de corona junto a unos tacones, la cosa más cursi del universo entero. Todo esto es demasiado rosa y pijo para mi gusto, pero a ella le gusta, vamos, solo hay que ver que su mirada se encuentra en un punto entre fascinación y sorpresa.
- Estás preciosa -siento que alguien susurra en mi oreja mientras me coge por la cintura desde atrás. Alex me mira con su bastante usual esencia picara en los ojos.
- Y tu extremadamente caliente con ese traje -le susurro mientras paso la mano por su hombro. La verdad es que está muy sexy con el esmoquin y la camisa blanca.
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Sonrisa diluida
Teen FictionEl día que Olympia se enteró que tenía que dejar su ciudad fue desgarrador para ella. No sabía que era el descontrol, y lo que el alcohol y el amor eran capaces de hacerle a su mente... Al principio Olympia se notaba insegura y tímida, desconocía qu...