15. Unidos venceremos (II). DeKnight

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|Unidos Venceremos II|
~DeKnight~

Llevaban una semana planeando el ataque hacia la base de los inmaculados y la organización y trabajo en equipo no era fuerte de todos aquellos que lo conformaban, especialmente viniendo de los Stark. Estos hacían su mayor esfuerzo porque lo único que querían era ver a Pepper sana y salva, pero cada idea que ellos tenían era rechazada por algún altibajo que podría tener, así como ellos lo hacían con otras en los que pensaban lo mismo.

Amelia y Tony seguían sin hablarse, aunque ambos querían hacerlo seguían siendo demasiado orgullosos consigo mismos. Se evitaban la mayor parte del día exceptuando las veces en los que se veían obligados a verse y cuando hablaban no se dirigían la palabra el uno al otro. Ninguno decía enserio las palabras que le dirigió al otro ese día.

La relación de Amelia con Steve Rogers había mejorado, platicaban más de lo que cada uno de ellos quería y se entendían el uno al otro, aunque ella en su interior se decía que no era lo mismo sin Tony.

La ojo azul le contó acerca de Henry al capitán y este la entendió perfectamente, tanto que durante todos esos días la había acompañado al hospital para ver a su pequeño amigo.

Ese día fue a visitarlo como los demás aunque iba un poco atrasada por el entrenamiento y otra discusión acerca de los planes de ataque, todo era un desastre. Su relación con Henry era la mejor, hablaban de todo y nada; a pesar de ser un niño de ocho años parecía muy maduro para su edad y era demasiado cómodo hablar con él. Le había contado lo de Tony y él le había dijo que tenían que romper ese juego ya pues sabía que ambos querían hablarse.

<<—Lo sé, pero sabes lo orgullosa que soy y él lo es aún más. Aun así no pienso ser yo la primera en hablarle.>>

Esa fue su respuesta la última vez que hablaron del tema.

Entró al hospital dejando atrás a Steve quien iría a buscarla unas horas después y siguió su camino distraídamente, las enfermeras la conocían y sabían que iba a visitar al solitario niño de la habitación cuatrocientos ocho; le habían cambiado debido a que no necesitaba estar en cuidados intensivos pues su progreso era notorio, incluso decían que pronto sería dado de alta.

Entró al lugar donde Henry se encontraba y este jugaba un video juego que Amelia no entendía.

—Hola —dijo en cuanto la vio entrar

Ella sonrió mientras se acomodaba a su lado en la cama, no importaba cuantas veces había estado en ella seguía siendo igual de incómoda que la primera vez, tal vez era porque estaba empezando a acostumbrarse a los colchones de la casa de Tony.

—Creí que no vendrías

—Se me ha hecho tarde, el entrenamiento se alargó.

—Algún día formaré parte de ese equipo.

—Tu lo has dicho —sonrió de lado— pero creo que aún eres demasiado pequeño.

Él hizo una cara de fastidio.

—En fin, ¿cómo va todo?

—Mal —dijo sin rodeos— nadie logra ponerse de acuerdo en nada. Todo es un desastre.

—Héroes —rodó los ojos— siempre tan complicados

La Nueva Vengadora: AmeliaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora