Capítulo 1

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Era una mañana radiante, una mañana totalmente distinta a las acostumbradas calles londinenses. No se sabía a qué se debía, tal vez porque empezaba a ver la vida de una manera distinta.

Me llamo Adele Adkins, tengo 22 años y vivo con mi madre, sí, mi madre que a lo largo de los años dio todo por mí y me vio crecer como persona. Soy una chica rellenita, con unos grandes ojos verdes y unos labios carnosos.

Hace aproximadamente 2 años sufrí una decepción amorosa, me creí un "para siempre", "un nosotros para toda la eternidad", estaba enamorada, ilusionada y vivía un cuento de hadas, no me daba cuenta que tras cada palabra escondía una mentira, una mentira que un día llegaría a cansarme y cometer una locura...

El nombre de mi dolor y felicidad era Alex, un joven apuesto, 10 años mayor que yo. Él era un empresario neoyorquino, lo conocí cuando fui a visitar a mis tías a Estados Unidos, tuve que emprender un largo viaje para vivir con ellas durante 3 años de mi vida. Pasamos cosas lindas, detalles iban y venían, algunas veces sin ninguna razón y eso me llenaba el corazón porque sentía que era especial para él, que por fin había llegado el hombre de mi vida. Toda mi familia lo conocía, se llevaba bien con todos, excepto con mi madre. Ella siempre decía que había algo en él que no la convencía, que escondía algo y que el tiempo le daría la razón... Mi madre siempre empleaba su típica frase: "las madres no se equivocan", pero yo cual niña enamorada, no le hacía caso, vivía en mi burbuja la cual pronto sería pinchada.

*Hace 3 años*

Caminaba por las calles de NY, recuerdo que había ido a comprar algunas cosas para la casa, hasta que decidí entrar a una tienda de CD's. Había salido el nuevo álbum de Aretha Flanklin, sí, la misma que me ayudó a descubrir mis capacidades vocales, la misma que me ayudó a inclinarme a la música. Decidí agarrar el disco y sin darme cuenta una mano rozó con la mía, alce la mirada para ver quién era. Mis ojos se toparon con un joven mucho mayor que yo, tenía una mirada penetrante y una sonrisa cautivadora. No sabía si disculparme o decirle que se fijara por donde andaba, estaba nerviosa y era la primera vez que me pasaba.

Perdón - dijo Adele, yo también quería coger ese cd- añadió

Alex, sólo atinó a sonreírle y responderle con un simple ok. Sin embargo, era un "ok" distinto, un "ok" de JAMÁS ME HABÍA TOPADO CON UNA CHICA TAN BELLA COMO USTED, pero él lo disimuló bien.

Salí de la tienda pensando en que ningún otro día me lo volvería a cruzar, que era de esos amores con los que te encuentras por la calle por primera vez y luego no vuelves a saber más de ellos. Pasaron los días y seguía pensando en aquel día, mi mente no dejaba de recordar en el cosquilleo que sentí cuando su mano rozó con la mía, pensaba en las palpitaciones que mi corazón daba cuando su mirada penetró la mía, era una mirada distinta, esas que te observan y te traspasan el alma.

Así transcurrió la semana, sin poder borrar ese recuerdo de mi cabeza, hasta que decidí volver a ir. Quería verlo, quería rozar su mano aunque sea por equivocación, quería que esa mirada me besara el alma, que me tocara como nunca nadie lo ha hecho. Me puse unos jeans rasgados, una blusa que me llegaba al ombligo y unas balerinas negras, me eche un poco de labial y ya estaba lista. Salí apurada de casa, mis tías y mi madre me preguntaban a donde iba tan arreglada, pero no les respondí. Tomé el primer taxi que pasó y a los 5 minutos ya me encontraba en la calle principal de NY.

Me encontraba afuera de la tienda, estaba mirando a todos lados, pero no lo encontraba con la mirada, así que me armé de valor y entré. Me acerqué a uno de los trabajadores para preguntarles por un nuevo cd Etta James, me indicó en donde se encontraban y fui a buscarlo. Mientras caminaba por la tienda, lo seguía buscando, hasta que a lo lejos pude reconocer esa castaña cabellera y para mi sorpresa estaba en el mismo lugar en donde tenía que recoger mi cd. Me acerqué unos pasos más y pude sentir como me miraba, sentía que sus ojos scaneaban todo mi cuerpo, me gustaba lo que me hacía sentir, la manera en como me hacía vibrar.

Se me acercó más y me preguntó -hola, tú eres la misma que hace una semana vino por un cd de Aretha Franklin, no?- no sabía qué responderle, así que solo asenté con la cabeza. No podía creer que se acordara de mí, no podía creer que se acordara del cd que llevé.

HOLA CHICOS, ESPERO QUE LES GUSTE EL PRIMER CAPÍTULO DE ESTE NUEVO FANFIC. VOY A TRATAR DE ACTUALIZAR SEGUIDO. DEJEN SUS COMENTARIOS Y LO QUE PIENSAN QUE PODRÍA SEGUIR. 💜
Atte: @dellymyremedy

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