*narra Adele*
-¿Estas son horas de llegar, señorita? - dijo mi mamá mientras ingresaba a casa.
-Ay mamá, estaba con Alex, además ya lo conoces - dije furiosa
-No me importa Adele, ese chico no me gusta para nada- empezó a regañarme
-Ni siquiera lo conoces... Aparte me tiene que gustar a mí, no a ti-
- Ya el tiempo me va a dar la razón. Ahora sube a tu recámara- me dijo con tono autoritario
No podía creer que mi mamá con solo haber visto a Alex una vez ya lo estaba juzgando. ¿Por qué no le caía?¿Qué de malo veía en él? Estoy segura que si lo conociera un poco más pensaría lo mismo que yo, tal vez tendría que contarle cómo me fue hoy. Fui a buscar a mi mamá a su cuarto, pero fue un intento fallido. Ya estaba durmiendo. Decidí hacer lo mismo porque ya era tarde.
*al día siguiente*
-Buenos días mamá- le mostré mi mejor sonrisa
-Buenos días- me dijo ella. Seguía molesta, furiosa. Ni siquiera me miraba al hablarme.
-Mamá, te quería contar lo fabuloso que lo pasé ayer con Alex- dije con nerviosismo
-No me importa Adele, ese chico no me gusta para nada- me gritó. -Recién lo conoces y ya estás ilusionada, no conoces a su mamá, papá o donde vive. No sabes nada de él- añadió
-Por favor basta, si tan solo te tomaras el tiempo de cono...- no me dejó terminar.
-NO ADELE, NO LO HARÉ Y ES MI ÚLTIMA PALABRA-
-¿Por qué te empeñas en decir que no te cae?¿Por qué quieres apagar esta felicidad que tengo?- le pregunté. Mi mamá se quedo callada por unos segundos pensando en lo que me iba a decir.
-No quiero que te pase lo que me pasó a mí con tu padre. No quiero que tu camino sea el mismo que el mío. No quiero verte sufrir, llorar y estar triste. Eres una chica inteligente, linda, por favor hija, escoge bien a las personas que te rodean- Pude ver cómo ni madre controlaba sus lágrimas, hasta que no pudo más y rompió en llanto. No sabía qué hacer, me rompió el corazón así que la abracé.
*Narra Alex*
Fue una mañana magnífica, Pamela no me había dicho nada cuando llegué, me pareció extraño, pero no le dije nada porque no quería levantar sospechas. Así que la saludé y me fui a dormir.
-¿Cómo amaneció la mujer más linda de este planeta?- dije despertando a Pamela
-Muy bien porque estoy alado del amor de mi vida- me respondió con una inmensa sonrisa. - Voy hacer el desayuno - dijo a continuación
Me quedé echado en la cama, eran las 11 am, agarré mi celular y no tenía ningún mensaje nuevo. Lo volví a dejar en la mesa de noche. Pero mi corazón me decía otra cosa. Lo agarré de nuevo.
-Despierta dormilona ❤️- le texteé a Adele añadiéndole un corazón. No pasó ni un minutos y ya tenía su respuesta
- Ya me desperté, no todos son como tú jajajja-
-¡Qué chistosa!¿Qué harás hoy día?- le pregunté
-Nada, voy a estar en mi casa con mi mamá y tú?-
-Iré a visitar a mis padres- mentí. Iba a pasar el día con Pamela y mis hijas, no las había visto por muchos días ya que estuve con Adele, así este día se los dedicaré a ellas.
-Me parece muy bien- dijo contenta
-Ahorita me voy alistar, luego hablamos, te quiero Adele, gracias por estar aquí siempre-
- Te quiero siempre X- Adele
Pasé todo el día con mi esposa y mis hijas, fuimos a los juegos, luego a comer y finalmente al cine. Fue un día familiar, distinto a los anteriores. Lo habíamos disfrutado. Cuando Pamela iba por las niñas aprovechaba en mandarle mensajes a Adele, me contaba que estaba en casa, conversando con su mamá mientras escucha música de Aretha Franklin y Etta James. Estaba corriendo el riesgo de que Pamela me viera, pero la extrañaba, necesitaba hablar con ella.
Cuando vi mi reloj vi que eran las 11:30pm, nos metimos al carro y fuimos con dirección a casa. Las niñas se habían quedado dormidas en el carro así que las bajé con cuidado y las cargué hasta su cuarto. Luego fui a la recámara con Pamela y nos acostamos.
-Buenas noches princesa- le volví a mensajear
-Buenas noches mi rey- Adele. Sonreí.
•meses después•
*Narra Adele*Han pasado tres meses desde que estoy saliendo con Alex y todas, sin excepción, han sido maravillosas. Siempre mi día terminaba con un mensaje cariñoso, eso hacía que me gustara mas. Recuerdo el día que me dijo para que sea su enamorada, hace aproximadamente un mes. Fue él el mejor momento con los detalles más hermosos que alguien haya hecho por mí.
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-¿A dónde me llevas?- le pregunté inquieta-A ser felices- me respondió dándome un beso
Estuvimos subiendo un cerro enorme hasta llegar a su punto máximo. Llegamos justo al momento del amanecer.
-Mira de frente- me ordenó
Vi como a lo lejos salían fuegos artificiales, pero no era de los normales. Esto fue diferente. Estos fuegos artificiales formaban una oración.
-¿Quieres ser mi novia?- dijo adelantándose a lo que yo pudiera decirle.
-sí, sí quiero- salté, lo abracé y lo besé
}Llevamos un mes de relación y soy desde ese preciso momento la mujer más feliz, aunque mi mamá de vez en cuando me recuerda lo mal que le cae Alex, pero a mí no me importa. Estoy viviendo el momento, lo quiero y él me quiere. Estoy segura.
-Tenemos que salir- gritó mi mamá desde su cuarto
-Ya estoy casi lista mami- le grité también.
Nos íbamos al centro comercial, hoy tenía una cita con Alex y le tuve que rogar a mi mamá para que me acompañara. Al final cedió.-¿Cuánto es- le preguntó mi mamá taxista
-25 dólares- le respondió
Mamá le pagó al señor del taxi y nos dirigimos a la tienda "burberry" para comprarme un vestido. Escogí varios para probarme, todos negros, pero uno me encantó. Fui corriendo a los probadores para ponérmelo, el vestido me llegaba hasta antes de las rodillas, me apretaba la cintura haciendo relucir las enormes caderas que tengo. A mí mamá también le gusto y sin decir una palabra más lo compré. Fuimos por unos zapatos, no fue difícil encontrar uno que me gustara, así que no tardé mucho. Luego nos fuimos a comer algo, ambas estábamos hambrientas después de una mañana-tarde de compras. Entramos a un restaurante de comida rápida, fui a ordenar el pedido y cuando regresé a la mesa para sentarme con mamá a lo lejos vi una cabellera castaña, al principio dudé que fuera Alex, me acerqué un poco más y no dudé. Sí, era Alex. No estaba segura si acercarme a saludarlo, pero lo hice. Estaba caminando hacia él. No estaba solo, lo acompañaba una mujer. Me di media vuelta y regresé a mi mesa. No le dije nada a mi mamá, no quería que me regañara. Comimos rápido y nos regresamos a casa.
