*narra Alex*Me metí al coche y empecé a manejar, estaba pensando en el día agitado que había tenido hoy. De mi mente no salía la hermosa señorita que había conocido esta tarde, no podía olvidar esos labios carnosos, esos grandes ojos verdes y esa sonrisa angelical. Jamás había conocido a alguien tan linda como ella. Sabía el riesgo que corría, sabía a lo que me metía, podía perder todo lo que había ganado y simplemente tenía miedo a eso.
Fueron unos 20 minutos hasta llegar a casa. Sin embargo, sentí que fueron los más largos de todo este tiempo que he estado trabajando.
-hola, mi amor- me dijo Pamela, mientras me daba un dulce beso en los labios
-hola, papi - saludaron mis hijas
-hola mis amores, como les fue hoy?- les respondí
No sabía cómo actuar con ellas después del día de hoy, quería mostrarme lo más normal posible, no quiero hacer sufrir a Pamela, ni mucho menos que mis hijas se queden sin un padre. Así que decidí ser el mismo de todos los días. Sin embargo, hay una mujer que no sale de mi mente y no sabía cuando la iba a volver a ver.
Me dirigí al cuarto, cansado, solo con ganas de tirarme a la cama y cerrar los ojos hasta el día siguiente. No pude. Pamela me esperaba y tenía que cumplir con ella. Nos quedamos conversando un par de horas de todo lo que nos había pasado en el día, me demostró sus sentimientos, ella me quiere, mucho y yo no debería hacerle daño.
Amaneció al día siguiente, los rayos del sol daban justo a mi cara, con mi mano busqué a mi esposa entre la cama, pero ella no estaba. Supuse que ya se había despertado, bajé a la cocina, y sí, no me equivoqué. Desde la escalera pude observar esa linda silueta, pude verla como preparaba un rico desayuno. Entonces me acerqué.
-¿Cómo está la mujer más estupenda del mundo?- pregunté, dándole un tierno abrazo por detrás .
-Ya se despertó el pequeño dormilón- dijo ella. No pude evitar sonreírle, cargarla y plasmarle un beso.
Sin duda alguna hoy la veía distinta, tenía ese brillo en los ojos que diferenciaba las mañanas pasadas, estaba tan hermosa que era imposible no quedarse pegado admirando su belleza. Hoy me di cuenta que no podía dejarla, la quería, es mi esposa y madre de mis hijos, pero también me gusta la joven que conocí en la disquera y estoy seguro que ella siente lo mismo que yo, me puedo dar cuenta por la forma en como me mira.
AQUÍ ESTÁ EL TERCER CAPÍTULO. ESPERO LES GUSTE, ME AGRADA QUE LEEAN ESTE FANFIC. SOY NUEVA EN ESTO, MUCHAS GRACIAS. PRONTO SUBIRÉ EL CAPÍTULO 4
