*Narra Alex*
Han pasado dos semanas de las que no sé nada de Adele. Me he acercado a su casa, pero la señora Penny me negó la visita y algunas veces nadie respondía. Empezaba a preocuparme, tenía una mala sensación... Por otro lado, mi esposa. Fui a mi antigua casa para disculparme por todo el daño que le había causado, que por favor retomáramos nuestro matrimonio y olvidáramos todo, un comenzar de cero como se dice. Ella se negó. Me arrodillé, pero fue en vano. Pamela estaba decidida, no quería volver a verme nunca más. Sin embargo no me di por vencido, le rogué tantas veces que ella empezó a dudar, pero su última respuesta me dijo todo. Quiere el divorcio. Ya no puedo hacer más, es lo que gané gracias a mi mala cabeza.
-Lo perdí todo- le dije a mi mamá entre lágrimas. -Ya no hay nada que hacer-
-Tranquilo Alex, dales tiempo- respondió mi madre conservando todas las esperanzas del mundo. Ella aún pensaba que podría volver con Pamela, pero para mí ya era imposible.
-Bueno, saldré a pensar un rato- dije abriendo la puerta de la casa de mi mamá. - Ya vengo-
Fui a caminar a las fueras de la cuidad. Empecé a recordar cada detalle de mi vida; cuando me casé con Pamela, ella vestía un hermoso vestido blanco, con una cola inmensa; estaba tan hermosa. Y luego pasó por mi cabeza Adele, cuando la vi por primera vez en disquera, desde ese día me dejó impactado su belleza, sus ojos, esa barbilla partida... Y ahora, ahora no tengo a ninguna.
*Narrador normal*
Han pasado 4 semanas desde que todo cambió en las vidas de Alex, Adele y Pamela. 4 semanas en los que Alex se ha quedado con su madre, Pamela en casa con sus hijas y Adele... La más afectada por la ruptura de su relación.
-Hija, vas a estar bien, te lo prometo- le dijo Penny a Adele mientras que Adele estaba recostada en la camilla.
Todos los días a Adele le inyectaban una dosis de calmantes porque no dejaba de llorar. Estaba muy grave, tenía síntomas de depresión y en una etapa más difícil. A Penny le recomendaron llevarla al psicólogo y eso hizo. La ayudó mucho, pero no en su 100%, porque el llanto no podía controlarlo. Penny no le había comentado nada a Alex, no quería que se enterara y le hiciera más daño a su hija.
*Narra Adele*
Estoy durmiendo, no sé por cuánto tiempo, pero siento que hace mucho no veo la luz del día. Escucho voces de personas en donde dicen que me inyecten más dosis, no sé de qué hablan, solo quiero que me dejen despertar. Todos los días pasa por mi mente el sufrimiento que Alex me dejó y no puedo tolerarlo, todavía la herida está abierta y duele, aunque esté dormida.
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-¿Alex por qué lo hiciste?-
-Te juro que no la conozco Pamela-
-¿Qué dices?-
-Después de todos los detalles que me has hecho-
-No sé de qué habla-
}Pude escuchar que una voz muy familiar me hablaba, me estaba leyendo un cuento y me encantaba. No podía descifrar quién era... Hasta que me dijo "Despierta my same, despierta pequeña Delly". !LAURA! Pensé. ¿Mi mejor amiga viajó de Londres a NY para verme? Tengo que despertar!
-Adele por favor, abre los ojos- dame una señal que me estás escuchando-
Logré mover mis manos para hacerle saber a Laura que estaba consciente y podía escucharla, aunque se me complicara abrir los ojos y hablarle.
-Oh Dios mío Adele, gracias por esta señal, por favor tienes que despertar de una vez-
-Lau... La...- pude vocalizar maso menos el nombre de Laura
-ADELE!!!- Laura no controló su euforia y se abalanzó sobre mi.
-Laura, con cuidado - le dije
-¡Oh lo siento!- SEÑORA PENNYYYYYY, DOCTORRR ADELE DESPERTÓ- escuché a Laura gritar por todo el hospital, estaba muy emocionada. Jamás la había visto así.
A los pocos minutos de que Laura gritara que ya había despertado, el doctor y mi mamá ya se encontraban en mi cuarto. El doctor me hizo chequeos, todavía no podía darme de alta, tenía que verme el psicólogo y convencerse de que voy a estar bien. Últimamente me han puesto muchas dosis de calmantes, lo cual hacía que duerma todo el día...
-A ver señorita Adele... Tienes que quererte y grabar en tu cabecita que no puedes atentar contra tu vida. Tu cuerpo es un templo y debes respetarlo, no sólo por ti sino también por las personas que te rodean. - dijo el doctor mirándole fijamente
-Esta bien, prometo volver a hacer algo que pueda llevarme lejos de mi familia-
-Eso espero y también recuerda que nadie tiene el derecho de hacerte sentir mal porque todo pasa por alguna razón. La vida pega y te da donde más duele, así que no te sientas triste por las cosas que han pasado sino tienes que ser feliz porque solo tienes en tu vida a personas que te quieren- me aconsejó el psicólogo
-Lo entiendo, y sé que mi mamá y mi mejor amiga estarán siempre para mí. Gracias doctor, espero verlo pronto y conversar, ya sabe... Siempre es bueno desfogarse.
-Claro que sí- me dio su tarjeta con su numero para cualquier consulta y salí de su oficina.
-¿Lista para regresar a casa- dijo mi mamá
-Si mamí. ¿Y Laura?- pregunté
-Salió- me pareció raro que Laura no esté acá, ella no conoce NY y es probable que sí ha salido seguro está perdida.
Llegué a casa y me di con la sorpresa de que todo estaba decorado con globos verdes, muchas serpentinas y en la mesa habían puesto bocaditos.
-BIENVENIDA A CASA- gritó Laura junto con mis tías. Tenían en su boca unos pitos que hacían mucha bulla, pero encantaba.
-Espero que te haya gustado- añadió Laura. Corrí hacia donde se encontraba mi mejor amiga y la abracé tan fuerte como pude, le di un beso y le dije cuanto la había extrañado.
Mi mamá estaba feliz, se le notaba en la mirada. Poco a poco volvía a hacer la misma, volvía a ser yo. Fueron 4 duros meses en los cuales todos los días me inyectaban calmantes para que durmiera y dejara de llorar. Esas medicinas eran tan fuertes que algunas veces no despertaba en el día. Pero ahora solo quiero vivir el momento, recuperar el tiempo perdido y pasar todas las horas que pueda con mi familia y mi mejor amiga.
-Delly- dijo mi mamá haciendo que me separara de Laura
¿Si?- le respondí incrédula
-Dentro de unos días nos regresamos a Londres- La respuesta de mi mamá me cayo como agua fría. Había pasado tanto tiempo en NY que ya casi me había acostumbrado. Sin embargo, me alegraba volver a mi ciudad natal, quería caminar por el Río Lea y correr por las calles lluviosas. Me acerqué a mi mamá y la abracé.
-Es lo mejor que me has podido decir- le susurré. -¿Laura, tú vienes con nosotras cierto?- volteé a verla
-Yo voy con mi mejor amiga hasta el otro lado- me respondió.