Capitulo 2: El despertar de las leyendas-Vida normal

50 1 0
                                    




Salto de mi cama, gritando de terror un poco, luego me doy cuenta de que eso solo fue extraño y raro sueño, si eso siempre me pasa todas las noches, a mi Jean Gutierrez, soy un joven con una vida normal, a pesar de los extraños sueños con dragones y soldados, vivo en valledupar, hoy es 10 de junio del año 3001, y eso hace que tenga 15 años, soy de una complexión delgada, un poco huesudo, mi cabello es negro y un poco alborotado y me llega hasta la nuca, hasta aveces me comparan con una oveja, tengo una mirada mansa y un poco boba, hasta a veces mi hermano dice: Esa mirada que tienes hace pensar a los demás que eres retrasado mental, pero mama y algunos amigos mios me dice que mi mirada inspira confianza , ya solo faltan dos días para las vacaciones de junio, bueno si a pesar de que soy listo y aplicado en el colegio, no soy de esos que se quieren matarse yendo todos los días, hago la rutina de todas las mañanas, me levantan fastidiosamente a las 5:00 am, me baño, me pongo la camisilla y los calzoncillos, desayuno lo que me hizo mi mama(esa es la única parte que me gusta de esta rutina), luego de desayunar es cuando me pongo mi uniforme del colegio, luego me cepillo los dientes y me peino, luego organizo lo que es mi maletín, mi bolso para los útiles, mi memoria y mi carnet, (bueno prácticamente en mi colegio, ya consideran que si otro hombre de bachillerato, aparte de mi,tiene el carnet,reaccionan igual a como si una persona por fin viera el cometa halley), pero hay algo que se sale de la rutina hoy, el auto de mi vecina de al frente, la señora Astrid, se daño, y ella es quien nos lleva al colegio, la señora tiene 5 hijos, entre ellos esta mi mejor amigo que tiene 16 años, pero eso es solo porque es 6 meses mayor que yo, darwin mendoza, mientras nuestros padres conversaban, esto fue lo que dijeron ellos:

- Mama:¿Como haremos para llevar a nuestros hijos al colegio?.

-Astrid: No lo se van a llegar tarde, si esto sigue así.

Darwin y yo tomamos algo de valor y le preguntamos a nuestras madres al unisono:

-Pueden dejarnos ir a pie, por favor.

-Mama y Astrid: Eso jamas, ustedes son muy pequeños para ir solos por esta ciudad.

- Mama, por favor yo tengo 14 y Darwin tiene 15, eso no me parece pequeño.

Mama finalmente con eso dijo a regañadientes:

-Okay, situaciones desesperadas requieren medidas desesperadas.

Darwin y Jean: ¡Yay!.

Y David y yo fuimos entusiasmados para probarle a nuestras madres que merecemos la edad que tenemos, pero esa misma acción que tomamos mi amigo y yo, sin darnos cuenta, seria el comienzo de algo que nos obligaría a crecer involuntariamente.

Dragones y titanesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora