Melodías II

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N/A: aviso Hasta el final del capitulo

Continuación del episodio "Melodías"

Desafío Champions Sendokai no es de mi propiedad

Aburrido. Esa era la palabra que describía como se sentía. Completamente aburrido. A-BU-RRI-DO a mas no poder. Aquel fin de semana amaneció tranquilo, no había tarea que realizar, no había ningún imprevisto, sus maestros no habían llamado para alguna misión o un encargo, ni siquiera sus amigos habían venido a visitarlo para invitarlo a un pequeño partido.
Así que ahora se encontraba en su habitación, acostado boca arriba en su cama mirando al techo, aunque sin ver nada en realidad. Necesitaba entretenerse con algo pero ¡Ya! O moriría del aburrimiento ¿eso era posible? ¿Quien sabe? No quería descubrirlo...

Zak se levantó de su cama para quedar sentado en el borde de esta, pasaba su mirada por toda la habitación esperando encontrar algo con que matar el tiempo, no había nada más que calcetines, su balón, la bola de estambre de su gato... ¡Eso es! Tal vez su gato quería...!

No... Ese gato solo sabia dormir, hacer destrozos y arrojarse a su cara cuando le daba la peluda gana.

Así que siguió buscando... ¿Videojuegos? No, ya los había pasado todos...

Tal vez vería vídeos en su computadora... No, acabaría más aburrido que nunca.

-¡Ahg! ¡Esto es inútil! - se sacudió el cabello desesperado y de nuevo se dejó caer a la cama, quedando su cabeza colgando del otro borde, tal vez si dejaba que su sangre llegará hasta su cerebro se le ocurriría algo con que entretenerse.

Fue cuestión de un par de minutos para que sintiera un dolor en la cabeza así que mejor abrió los ojos —ya que los tenía cerrados al estar de cabeza— y al hacerlo se encontró con una grabadora y un micrófono dejado de su mueble de ropa, su viejo regalo de la Navidad pasada.

Se levantó de su cama, esperando a que su sangre circulará normal y dejará de dolerle la cabeza, y se acercó hacia el aparato lleno de polvo por todo ese tiempo de abandono.

Era una grabadora que venia junto con un micrófono y además tenia para conectar el teléfono celular o un mp3.

Se quedó observando aquel aparato por unos minutos mientras formulaba algunas cosas en su mente, hasta que una sonrisa aparecía en sus labios y sus pequeños soles se iluminaban. Ya sabía cómo matar el aburrimiento.

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Daba ligeros golpes a la puerta de madera frente a él esperando a que alguien le abriera, había ido a casa del rubio para prestarle algunos discos de música que le había pedido en clases desde hace días, ya que últimamente ambos chicos han intercambiado gustos y Zak cada vez se va interesando el algunas cosas que llaman la atención al azabache o solamente quiere conocerlo un poco mejor. Quiere sentirse más cercano.

Fue solo cuestión de unos minutos para escuchar que la puerta era abierta encontrándose a la madre de Zak, Martha, quien le dedicó una tierna sonrisa al encontrarse con el ojiverde, siempre era bien recibido por los padres del rubio que lo hacía sentirse bien querido.

- Vaya, Lon! Que gusto verte de nuevo.

- Buenas tardes, señora Murtons, también me da gusto verla de nuevo.

- ¿Y que te trae por aquí? ¿Vienes a ver a Zak?

-  Algo así, vine a entregarle unos discos que me había pedido y hasta ahora tuve oportunidad de entregárselos.

- Oh bien, puedes pasar si quieres ya que ha estado algo inquieto todo el día.

Y con mencionar el estado del rubio fue suficiente para que Lon entrará a la casa, pasando por el comedor y saludando a la pequeña Ona quien daba pequeños saltitos en su silla especial para bebés.

One-shots ZALONDonde viven las historias. Descúbrelo ahora