Lily, junto a la ventana, contemplaba el canal preguntándose cómo podía mejorar las cosas entre Gianluca y ella. Llevaban varias semanas casados y aún no se había adaptado a la situación. Era difícil creer que fuera verdad, sobre todo porque Gianluca apenas se había acercado a ella desde la noche que salió del dormitorio dejándola allí, Al principio ella había pensado que estaba dejando que su cólera se apagara. Pero la boda se había celebrado sin que comentaran más que algunas formalidades. Había sido una ceremonia privada y pequeña que no había ejercido ningún impacto en su relación. No había sido una boda normal y según pasaban las semanas, cada vez estaba más claro que tampoco sería un matrimonio normal. Se sentía como si estuviera atrapada en el tiempo, nada cambiaba y todos los días eran iguales. Gianluca había seguido compartiendo el dormitorio con ella, pero trabajaba hasta tarde casi todos los días y no llegaba hasta medianoche. No había vuelto a tocarla. Sabía que estaba preocupado por su abuelo. Su instinto de que algo iba mal había sido correcto, porque Ernesto había desarrollado una infección pulmonar. Pero por lo que Lily sabía, ya la había superado.
Se apartó de la ventana pensando en sentarse a leer un rato antes de ir a dar un paseo.
–Gianluca –dijo con sorpresa, al verlo junto a la puerta. Eran poco más de las diez de la mañana y él nunca volvía de la oficina durante el día–. ¿Va todo bien? ¿Tu abuelo...?
–Si. De hecho, por eso estoy aquí. La salud de mi abuelo ha mejorado mucho. Esta mañana sería un buen momento para que lo conocieras.
–Iré a por mi bolso –Lily fue hacia la puerta y titubeó cuando Gianluca no se apartó para cederle el paso.
Lo rozó al pasar y el contacto hizo que se le erizara el vello y le aceleró el pulso. Intentó ignorar la reacción mientras subía rápidamente al dormitorio. Comprobó su aspecto en el espejo y la desconcertó ver el rubor de sus mejillas y el brillo de sus ojos. Se preguntó si había sido ese leve roce lo que había iluminado su rostro, o tal vez la perspectiva de estar un rato en compañía de Gianluca. Fuera lo que fuera decidió no darle vueltas.
No necesitaba cambiarse de ropa. Desde aquella primera mañana había cuidado mucho su aspecto para que Gianluca no volviera a tener la oportunidad de humillarla.
Caminaron hasta Ca' Ginoble y cuando llegaron Gianluca le dio la mano. Lily se estremeció y luego comprendió que era el primer contacto físico real que habían tenido desde la noche en la que estuvieron a punto de hacer el amor. Gianluca no había vuelto a tocarla y el que lo hiciera en ese momento dejaba muy claro que su intención era demostrar a todos en Ca' Ginoble que era suya. Eso le recordó lo importante que era para Gianluca que su abuelo los considerara una pareja enamorada.
Subieron al dormitorio de la segunda planta, donde Ernesto descansaba.
–Nonno, quiero presentarte a alguien –dijo Gianluca. Cruzó la habitación para besar a su abuelo en la mejilla. Después puso un brazo sobre sus hombros y lo ayudó a sentarse.
–¿Hablamos en ingles? –preguntó Ernesto, estrechando los ojos–. Intrigante. Será mejor que me ponga las gafas para ver quién es.
Lily sonrió. A pesar de su nerviosismo, el anciano le agradaba. Por frágil que fuera su cuerpo, tenía la mente muy despierta.
–Están aquí, con el periódico –dijo Lily. Fue a recogerlas al otro lado de la cama y se las dio.
–Gracias, querida. No, no te alejes –añadió Ernesto, estirando el brazo para detenerla y hacer que se aproximara–. Para que te eche un buen vistazo.
–¡Nonno! –lo reconvino Gianluca–. Suelta a Lily y haré las presentaciones.
–¡Formalidades! –rezongó Ernesto, pero la soltó–, ¿De qué sirven las formalidades a mi edad? Dime rápidamente quién es esta bella jovencita inglesa. Y por qué la has traído para presentármela.
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En Venecia Con Amor/ Gianluca Ginoble
Fiksi PenggemarEl magnate implacable y su amante embarazada tendrían un matrimonio... De conveniencia. Historia adaptada