SEXO GRATIS.
Okey, ahora que ya tengo tú atención, quiero decirte que esta novela esta en proceso de edición (doy lo mejor que puedo) en horrores gramaticales y ortográficos.
Si estas leyendo y de pronto algo no te suela o el cambio de escritura es...
La deliciosa y húmeda lengua de Alan delineaba mi cuello en un robnco gemido glutular; lamentablemente la situación era demasiado lasciva como para detenerse.Tome sus nalgas entre mis manos apretándolas y así indicándole a que clavara su falo en mi, por más sucio que se escuchase.
-Dante...estas tan caliente.- rozaba mi erecion a su pelvis en busca de contacto, rogaba por contacto.
Podía sentir su pesado cuerpo frotándose en mi, simulando las embestidas que pronto me darían. Mis piernas parecían tener vida propia al enrollarse en su cintura.
Su enorme falo salió a la luz, podía jurar que también palpitaba por atención; yo no quería hacerlo esperar.Acaricié su base suavemente de arriba a abajo con cautela sintiendo lo duro que se ponía, y en un plus lo metí a mi boca entero; llegaría a mi garganta pero en ese momento sólo el placer importaba. Usaba todo el ritmo de mi cabeza sobre su pene, de arriba a abajo y por experiencia personal había podido usar mi lengua para estimular el glande.
Alzó mi cara y sus ojos se conectaron con los míos, la lujuria y deseo entre ambos era demasiada.
Pronto estaba en 4, usaba mis manos para abrir mis nalgas ante Alan, pude escuchar su risa ayudándome a separarlas, no sabía si era malditamente excitante o jodidamente humillante. Pude sentir su glande rosandome y ni en un minuto ya estaba separando mi carne quedando incrustado en mi.
El dolor y el placer eran tales que hacían darme leves espasmos.
-¡Ah!.- grité en un gemido tomándome de las sabanas a la primera embestida profunda que me dio, el movimiento era lento y exquisitamente profundo.
-Preparate que se acerca lo mejor...- susurró en mi oído mientras las embestidas eran más duras, el choque de nuestras pieles juntos los jadeos eran lo único que llenaba la habitación. Pero cuando tocó mi próstata saqué un alarido de placer.
-¡M-más!.- grité chocando mis caderas a contra compás, estaba cegado.
-¡Dante!.- gritó al correrse en mi espalda, tomo mis caderas por el éxtasis dañando un poco mi piel, pero me enloqueció ese movimiento haciéndome venir yo también.
Ambos estábamos exhaustos recostados en la cama, sólo nosotros dos. Eran esos pequeños momentos de la vida que podía sentir la paz y la calma inundándome por una vez en mi vida.
-¡Puta madre los que los parió!.- gritó Karla en un ataque de pánico cubriéndose los ojos con euforia y roja de vergüenza.-¡Santa pasión del cristo resucitado!}
-¡No te hagas la exagerada!.- Digamos que Alan ya no era tan tolerante,además que Karla había entrado sin tocar ni pedir permiso para nada; y se puso a gritar como histérica al vernos acostados desnudos (obviamente supuso que tuvimos sexo).
-¡Es que son unos ceeeeeeeeeeeeeeerdos!- alargo la palabra volteándose a la pare para no mirarnos.
-¿Sucede algo?.- pregunté mirándola con mucho más calma que Alan, quien ya se empezaba a levantar la ropa que se encontraba en el piso y vistiéndose.
-¡No!- parecía que su histeria no desaparecería.- ¡Alice y Susan se están enfrentando!
Narra Nil.
Horror.
Horror, era la única palabra para describir lo que sucedía.
Alice no estaba lo suficientemente cerca para hacer alucinar a Susan, pero ella estaba a la cercanía perfecta para asesinarla.
A cada paso que daba, cada danza que hacían sus brazos hacia lanzar el frío pavimento o las frías paredes de los edificios a Camila, y eso que se estaba conteniendo.
-¡¿Eso es todo lo qué tienes?!.- gritó Alice mientras el carmín de su sangre manchaba su cara de poco a poco, su ropa sucia estaba y su animo había bajado colosal mente.Pronto Susan estiro su mano y lo lanzo, Alice a su vez salió disparada a un rasca cielos que cayó al ser atravesado por el pequeño cuerpo de Alice.
-No...no es todo.- susurró mientras que hacía caer los dos rascacielos posteriores hacía el cuerpo de Alice, quien reflejaba una sorpresa inmutada.
Si el infierno se abriera sobre la tierra justo así luciria, Uriel en un golpe seco y un sonido sordo lanzó una llamarada hacía las dos inmensas torres quien se fundian y se hacían polvo ante aquella inmensa llamarada. Camila sonreía a sus adentros.
-¡¿Qué les pasa en su cabeza?! - gritó el freak de fuego mientras el olor a quemado abundaba en el ambiente.- ¡No deberian porque pelearse entre sí...!
-Esto no te incumbe, Uriel. -habló Susan dominante. Alice se levantaba entre quejidos de los escombros mirando sobrepotente a todos, las heridas eran graves...pero Susan hablaba enserio, no era un juego: eso se demostró en cuanto Alice se enderezo y sacudió dispuesta a luchar por su honor, como si de una fuerza sobre matural se tratará fue azotada contra el suelo, una y otra vez.
-¡Susan, para!- Uriel notaba la desesperación en su voz, sabía que Alice moriría si continuaba a ese paso. Pero ella no lo escucho, serena y con el cuerpo tieso azotaba una y otra vez a Alice quien empezaba a dejar una grieta en el suelo teñido de carmesí.
Un golpe de nuevo en seco abrazó todo lo que se encontraba a su camino, mas sin embargo Alice salió disparada por los aires y el infierno que se dirigia a Susan sólo la rodeo probocando un infernal remolino ardiente.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
-¡No pensé que fuera...!-sus palabras se vieron interrumpidas pues un auto en llamaa había sido lanzado a él, y como si eso no fuera suficiente un segundo coche lo arrolló con fiereza.
-¡Has enloquecido!- Alice se levantó y Susan levito hasta ella mirandola inmponente.
-Hemos trabajado mucho para lograr llegar hasta aquí, ¡NO VOY A PERMITIR QUE NOS VOLVAMOS IGUALES A LOS HUMANOS!.
-¿¡Lo vas a solucionar atanco a tu propia raza?!.- Camila habló con tal de causar aboroto entre la gente quien murmuraba ya.
- Si es necesario, lo hará...- todos giraron sus miradas, hasta yo. Ahí estaba Dante...perfecto como siempre.- Mataron a Meysi y si es necesario para que algo así no vuelva a ocurrir estoh en acuerdo.
Uriel se levantaba a duras penas. -¿Cómo puedes decir eso?
-Porque ustedes han llevado insignia de ser mejor que los humanos...de no ser racistas, igualitarios, sin confrontaciones... Y miren.-habló Alan.
-¡NO TIENES DERECHO DE HABLAR! -Rugio Camila.
Susan paso de largó. -Quien quiera acatarse a mis maneras de pensar adelante...no estoy para soportar esto.
-¿Se van a divir?...-susurre sin ser oido.
-No es mi problema, pero eso si...Susan, para dos lideres no hay lugar aquí. -amenazó Camila.
