Freak Show (Yaoi) (Saga completa) (En edición)

Capítulo 21: Libertad.

"La libertad es algo temporáneo,
una mentira de los gobernantes"

Y así como habíamos aparecido en aquel lugar, también nos fuimos.

Nil nos arrojó fuera de su don de una manera tan espontanea que me dolió, se sintió como si me hubiesen arrancado el alma para después regresarla a mí cuerpo. Rodé por los suelos por la fuerza con la que había salido disparado llevándome un par de rasguños y golpes de  cabeza en el proceso que me desorientaron totalmente. Alcé la cabeza aturdida, tratando de agudizar mis sentidos para poder ubicarme.  

El cielo comenzaba a tornarse de un amarillo opaco dando comienzo al atardecer, el sonido de las alarmas eran ensordecedoras y sin embargo aún se lograban escuchar a la lejanía los gritos de guerra de los Freak…y los gritos de agonía y terror de los humanos.  Miré el muro notando como tanto freaks como humanos luchaban con uñas y dientes para salir. 

-¡Dante! ¿¡Me estas escuchando?!- La voz de Meysi me llegó como un pitido en la cabeza, apenas y pude enfocarla bien para darme cuenta de  sus ojos me miraban con preocupación.- ¡Dante!

-¡Ya te oí!- Grité de vuelta tratando de ponerme de pie, sujetando mi cabeza con otra mano para hacerla callar.

-¡Tenemos que irnos de aquí!- Gritó de nuevo jalándome del brazo, me costó trabajo enfocar el rostro de Meysi por la fuerza y velocidad con la que me levantó, me dio un par de palmaditas en la mejilla que me hicieron reaccionar a medias, mis ojos viajaron a las espaldas de mi amiga para enfocarme en Susan quien a pesar de parecer igual de desconcertada que yo, le tendía la mano a un lloroso Nil que sujetaba sus piernas para ocultarse, los peculiares ojos de Nil se abrieron llenos de sorpresa mirando la mano de Susan…sin dudarla la tomó ayudando a levantarse.

-Meysi…- Esa escena me golpeó cual ferrocarril a alta velocidad, Meysi arqueó una ceja en cuanto se topó de nuevo con mis ojos.- Meysi…

-¿Estás drogado o qué te pasa?

-Estamos haciendo una revolución, joder.- Pronuncié con terror, la libertad jamás se había sentido tan cerca. Meysi me miró como si estuviera loco.

-¿Ajá? ¡Por eso te estoy diciendo que tenemos que irnos!

Meysi caminó donde Alice y Catrina para alentarlas a irnos también, sin embargo un grito en particular me sacó de nuevo de sintonía haciendo que el terror volviera a ser presente por toda mi columna vertebral.

-¡PAPÁ!- El gritó que salió de la garganta de Alan desgarró el sonido a mi alrededor, mis ojos no tardaron ubicarlo entre la multitud de gente.
La cabeza del padre de Alan rodó por los suelos manchando el cemento de su sangre, mientras el freak de enormes garras reía al ver la cabeza de uno de sus burgueses cayendo, sin embargo otro freak sujetaba con fuerza a Alan inmovilizándolo. Noté a la lejanía como lo agachaba, dejando en exposición su cuello para cortarlo igualmente.

No lo pensé.

Una sombra salió del suelo cortando la inminente muerte que se soltó en caída libre sobre el cuello de Alan, el brazo del Freak salió volando manchando nuevamente el rostro del castaño que miraba estupefacto la escena.

-Suéltalo, él es mío.- Ordené al otro freak que sujetaba a Alan, este miró con horror a su compañero quien aullaba del dolor y sin decir más salió corriendo. Alan cayó de rodillas al suelo, temblando conmocionado de lo que acaba de pasar, después de todo (y por muy desgraciado que Agustín fuera) vio morir a su padre enfrente de sus ojos. Las lágrimas corrieron por su cara de inmediato, no pude evitar sentir pena por él.

-Dante…- Susurró con los ojos apretados. Supongo que teníamos mucho de qué hablar, pero ese no era el momento.

-Alan, tenemos que irnos.- Lo tomé del cuello de la camisa, encontrando la fuerza para poder levantarlo y sacarlo de ahí antes de que fuera demasiado tarde, Alan me tomó del ante brazo también para tratar de seguirme lo más de cerca posible.

-¡Este es nuestro momento!- Alice gritó tan fuerte y con tanta energía que sobresalió entre el estruendoso sonido de muerte y pánico, subió sobre un tanque destruido que el fuego ya había carcomido. Muchos freaks fijaron su vista en ella, incluyéndome a mí, que detuve mi andar para ver como su rostro denotaba una furia y determinación que nunca antes había visto.- ¡Este es nuestro momento hermanos, no más esclavitud, no más dolor… ya no más! ¡Es hora de alzarnos en revolución! ¡Es momento!

Alice gritó esa última oración alzando su puño al cielo, haciéndose de lado para dejarnos ver a Susan quien con su don simulaba derribar algo, cual fue la sorpresa cuando un grito del esfuerzo la muralla se derrumbó ante los ojos atónitos de todos.

Humanos y freaks corrieron al huir de los escombros que caían, la nube de polvo se acercó feroz hacía a nosotros y no dude en alzar una cúpula de sombras para cubrirme a mí y Alan en el proceso. El silencio abundó por momentos en lo que la nube de escombro comenzaba a despejarse para después gritos eufóricos retumbar en el aire aclamando libertad, cual manada todos se abalanzaron para salir por la muralla. Por fin éramos libres.

-Alan.- Y sin embargo, yo lo único que podía pensar era en el chico que tenía en mis brazos.- Alan.

-Dante.- Repitió mi nombre, dirigiendo sus verdosos ojos a mí, los rastros de sangre y lágrimas aun recorrían su rostro haciendo que me diera cuenta de una terrible verdad. Él no estaba a salvo conmigo. Él era un humano.

-Te voy a sacar de aquí…- Fue lo único que dije, sujetándolo nuevamente caminando entre la oleada de freak que saltaba los escombros y escalaba las montañas de cadáveres para ver por primera vez el mundo. Sin darme cuenta, yo también me sentí eufórico, y cuando la briza del exterior golpeó mi rostro por primera vez, no pude evitar sonreír alargadamente.

-Dante.- Una voz femenina me distrajo haciendo que me pusiera alerta, al girar la cabeza me encontré con los castaños ojos de Susan, que aun resaltaba entre su cara manchada de sangre y tiera.

-Susan.-Su nombre salió de mi boca con miedo, colocando a Alan detrás de mí con discreción. Sus ojos viajaron de mi hacía el examinándolo por momentos, después nuevamente se toparon conmigo con una expresión que no supe descifrar en primera instancia.

-Él no es un freak, ¿verdad?