Freak Show (Yaoi) (Saga completa) (En edición)

Capítulo 20: ¿Maldad?

"Así que...

¿Qué hay de mí?Cuando te vayas, ¿Cómo seguiré adelante?

Así que, ¿qué hay de mí?

y este corazón roto en pedazos."

El color verde-rojizo de sus ojos lucía mucho más opaco de lo que yo lograba recordar, su figura era mucho menos llenito que esa noche en que nos conocimos, además que parecía más una muñeca rota que ser vivo, además que el cabello le caía maltratado hasta la cintura por falta de cuidado. Todo el gritaba que había visto el infierno.

-¡Nil!- La voz del comandante nos sacó de nuestro trance a ambos, Nil corrió la mirada hasta él encogiéndose de inmediato al encontrarse con el rostro molesto del sujeto a su lado. Este le agarró con fuerza el brazo y pude escuchar a pesar de la distancia como el rubio soltaba un jadeo de puro miedo.- ¡Te he dado una maldita orden! ¿¡No eres capaz de seguirla?!

-Pero...- Susurró después de un par de segundos en completo silencio, sus ojos únicamente reflejaban el inmenso terror que tenía ante el comandante.- Él no es malo...él...

Una bofetada a mano abierta se soltó en la mejilla del rubio haciendo jadear inclusive a Catrina, su cara se volteó completamente y unas pequeñas gotas comenzaron a escurrir desde su nariz. Tuve que morderme la lengua para no lanzarme contra él y matarlo, pero parece que no todos tuvieron la misma tolerancia que yo: Susan se lanzó enardecida contra él , lanzando con dirección al comandante miles de pedazos de escombro a toda velocidad. Grité. Grité del miedo hacía Susan notando lo veloz que todo había pasado y sintiéndome lento de no poder hacer nada; sin embargo y para mi sorpresa, Nil tiró una esfera al ver el ataque tan brusco dirigiéndose al comandante. 

Los escombros cayeron junto con la castaña al suelo estrepitosamente como si una fuerza sobre humana los hubiera empujado hacía el suelo, el mundo alrededor fue absorbido por una inmensa capa oscura para después tomar la forma de un árido desierto; el calor extremo me golpeó de pronto, inclusive los soldados que venían a compañía de Nil parecían sorprendidos de lo sucedido y del cambio tan rápido de lugar. 

-¿Qué carajos...?- Alice parecía tan desconcertada como yo mientras  miraba con ojos aterrados su alrededor sin poder creerlo, se tiró al suelo tocando entre sus manos con desesperación la arena como tratando de encontrar algo bajo esta... pero lo único que obtenía era que la arena se deslizara entre sus dedos; volvió alzar la mirada sin piedad hacía Nil y con el pecho subiendo y bajando tan rápido que podría darle un ataque .- Esto no es una alucinación...

-¡No puedo leer sus mentes!- Gritó Meysi de pronto, mirándonos a todos como si no pudiera creerlo mientras con las manos sujetaba su cabeza fuertemente con los ojos desorbitados, Abel se acercó a ella de inmediato tratando de calmarla.- ¡No puedo, no puedo, es demasiado silencio!

-No, no pueden.- Nil caminó hacia nosotros , me aterró verlo con el rostro tan serio y la mirada sumamente baja sin querer mirarnos, todo el ambiente a su alrededor parecía acoplarse perfectamente a él.- Este Universo está diseñado para que no puedan manejar sus dones, aquí, son casi humanos.

-¿Nil?- Le llamé con la voz quebrada, aterrado de lo que sus palabras significaban. 

-Ustedes nos atacaron, ustedes son los malos...

Con esas palabras, el suelo tembló fuertemente sacudiendo todo el paisaje a nuestro alrededor. A lo lejos la arena se alzaba bajo los fuertes rayos de sol, mientras una masa titánica se dirigía a toda velocidad cual presagio de muerte. La arena voló por los aires dejando ver el rostro de una larga serpiente de ojos virulentos y sedientos de masacre, saltó hacía nosotros con la boca bien abierta dejando ver hileras de inmensos colmillos largos y afilados.

-¡Abajo!- Gritó Catrina tirándose al suelo esquivando el ataque de la serpiente que comenzaba a regresar con su escamosa piel color rojizo.

La serpiente dio su segunda estocada, no esperando ni un segundo para que intentáramos correr, su cola golpeó a Susan tan fuerte que rodó y revotó alzando arena a su caída entre quejidos y jadeos. La serpiente me miró unos instantes antes de que su cola me enrollara el cuerpo, gemí tan alto por la falta de aire que los pulmones me quemaron, sus escamas cortaban mi piel y poco a poco sentía como los huesos se comprimían. Escuché como Meysi gritaba e intentaban usar sus dones, mientras la risa de los soldados opacaban las suplicas de mis amigos; hasta que una voz mucho más titánica apagó los ruidos de mi alrededor.

-Hace tanto tiempo que te prohibieron entrar a tus mundos, y cuando lo haces me encuentro con esto.- La voz gruesa llamó la atención de todos, inclusive del reptil que volteó la cabeza ante la imponente y alargada figura de la sombra que se posaba delante de Nil.

-¿¡Qué cojones?!- Gritó el comandante retrocediendo ante aquel ente, parecía que no tenían conocimiento de que dentro de los universos de Nil estaba él.

-Amigo.- Nil no esperó más en ir abrazarlo, escondiendo su rostro en el oscuro cuerpo del ente delante de él.- Te extrañé tanto...

-¿Pero qué te han hecho?- Preguntó con una profunda tristeza, la serpiente que me sujetaba se desvaneció como una brisa y de inmediato caí entre las arenas. Nil pareció sorprendido de que su amigo me dejase libre.

-No entiendes...ellos son los malos.- Afirmó Nil, retrocediendo un poco.

-Sabes que yo no miento Nil.- El sujeto estiró su mano y las arenas se movieron hasta los humanos que empezaban a retroceder ante la figura tan extraña.- Pero ellos sí.

La arena se alzó sobre de ellos cual tentáculos, los gritos de terror al sentir ser absorbidos bajo inmensas capas de tierra fueron desgarradores, mientras de apoco la cara aterrada del comandante y sus soldados desaparecían bajo el suelo.