Capítulo 19: Universo.

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"Entonces me di cuenta, que la realidad era esta. Que las personas matan a otras personas por avaricia y por placer...

y no por necesidad de vida. 
Que la muerte sea convertida en la salida más fácil que luchar. 

Y que la vida vale menos para una persona con salud, 

que con una persona con cáncer"

Nota de la sensual autora: Pues miren, todo va a estar en cursiva pues Dante está contando tal cual las cosas en un pasado, esto para que no haya confusión entre lo que está sucediendo en la actualidad y lo que (por así decirlo) está recordando.

Sería mentir si dijera que Nil y yo fuimos alguna vez grandes amigos, sería mentir si dijera que lo conocí desde hace mucho tiempo atrás, sería mentir si dijera que pasamos mucho tiempo los dos juntos alguna vez. Todo eso es una mentira.

La realidad fue que solo fuimos unos pobres vagabundos que tuvieron la desdicha de conocerse en el mismo infierno, nos conocimos durante un periodo de medio día (mas o menos), además que fue extrañamente perturbador y sobre todo muy fugaz.

Comenzaba a despertarme aquella vez, tenía frío y una intensa luz que de inmediato me obligó a cerrar los ojos en cuantos los abrí; me encontraba en lo que parecía un contenedor metálico inmensamente enorme y de color verde que hacía que la luz del foco se proyectara demasiado bien; los ojos me escocían debido a esto.

Al tratar de alcanzar el foco para destrozarlo me di cuenta que esa luz tan potente tenía una función mucho más allá que solo iluminar el lugar; me impedía a mi proyectar mi don y generar un arma para escapar. Tuve que sentarme nuevamente, frustrado tocando mi cara; hasta que me di cuenta de otro aspecto sumamente importante...

No estaba donde siempre, me estaban llevando a Wonderland porque no fui "elegido" para participar en el Ejercito Mundial ni con la ONU. Me habría puesto a lamentarme (de nuevo) pero el sonido estrepitoso del cubículo abriéndose me hizo saltar y retroceder de una manera tan brutal que casi se me salía el corazón.

Un sujeto de manera violenta aventó a otro pequeño dentro del contenedor, este rebotó tan bruscamente que inclusive rodó un poco... pero jamás le oí quejarse, a primera vista no pude identificar su edad, ni mucho menos su aspecto.

-Adiós, zorrita.- Dijo el entrenador antes de escupirle y cerrar la puerta de golpe entre risas desagradables.

Nos quedamos en silencio, mientras el trataba de levantarse y yo mientras yo estaba recargado sobre una de las paredes del contenedor.  Mis ojos quisieron observar su rostro, pero su cabello largo de rubio cenizo me impedía verlo. Recorrí con la vista su ropa: únicamente traía una camisa desgastada, que tenía el aspecto que alguna vez fue de color blanco, y unos pantalones de color café desgastados.

-¿Hola...?-Arrastré las palabras ladeando la cabeza siendo yo el primero en hablar, pensé que un rostro deformado o herido iba a dirigirme la mirada pero fue todo lo contrario a eso. Un rostro un tanto redondo, de piel clara (casi color hueso), ojos grandes y curiosos me voltearon a ver casi con sorpresa

-¡Hola!-Su expresión de sorpresa cambió de inmediato a una de desbordante felicidad, levantándose de inmediato y sacudiéndose la tierra de la ropa.

-¿Hola?-Volví a repetir esta vez extrañado e inseguro, siendo incapaz de soltar la pared.- Emh...

-¿Cómo estás? ¿Qué haces aquí? ¿Tú también vas para la Base del Ejercito Mundial?-Comenzó a preguntar  sin dejar de mantener la sonrisa en su rostro. Sacudió de lado a lado su cabeza haciendo que su cabellera danzara y extendió su mano eufórico a mí caminando tan rápido y seguro que me hizo encogerme más, la miré sorprendido notando como de la base de sus dedos a la punta comenzaban una afiladas garras que no me parecían para nada amigables.- ¡Se me olvidaba! Soy Nil.

Freak Show (Yaoi) (Saga completa) (En edición)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora