45Kg
-Demonios- Murmuró con una voz ronca mientras se bajaba de aquella báscula.
-Sigo estando demasiado gorda-Se posó frente al espejo solamente con su ropa interior puesta, en todo su cuerpo podrías notar como sus huesos saltaban a través de su piel delgada formando así una imagen poco agradable. Su clavícula, sus costillas, sus caderas, todos estos huesos eran demasiado notorios a través de aquella piel pálida.
Sin embargo, aún teniendo un peso demasiado bajo para su estatura, lo único que ella veía era una niña con sobrepeso.Se miro con asco y sin pensarlo dos veces se puso un suéter grande sobre su piel fría y unos pantalones holgados para simular aquella delgada figura que tenía.
-Saldré a correr, Zeus- Pronunció suavemente al ver que los ojos verdes de su gato la miraban atentamente. Zeus por otro lado soltó un largo "Miau" con un tono agudo.
Ya con los tenis puestos sintió un pequeño vértigo al levantarse de su cama. Algo a lo que ya estaba acostumbrada.xxxxxx
Ya con un largo tiempo corriendo empezó a sentir de nuevo aquel mareo al que acostumbraba y por supuesto sabía perfectamente cómo lidiar con aquello. Paró en seco al divisar la tienda de conveniencia a solo unos cuatro metros y sintió su estómago revolverse en señal de hambre. Tragó saliva con una mirada dura en su rostro y entró a la tienda como si estuviera poseída.
Parpadeo un par de veces antes de caminar a través del pequeño pasillo llenó de galletas y frituras mientras miraba hacía el piso. Pronto sintió que su pequeño cuerpo chocó con algo extremadamente grande pero a la vez suave, como si de una persona se tratara.
-Oh, Lo siento- Un tono perezoso llegó hasta sus oídos llamando su atención haciendo que mirara a la persona mientras alzaba la mirada, reconociendo aquella voz. Murasakibara Atsushi la miró algo desconcertado mientras mordía un palito de pocky sabor fresa, con un pequeño sonrojo en sus mejillas.
-Es mi culpa- Sin pensarlo dos veces, ___, hizo una pequeña reverencia en forma de disculpa a su compañero de clase y se enderezó para seguir su camino a la nevera donde se encontraba gran variedad de marcas de agua.
Agarró una pequeña botella de agua y para cuando se dió la vuelta el alto ya no se encontraba dentro de la tienda. Su cara tenía cierto desconcierto al pensar de nuevo en aquel muchacho con un sonrojo. Lo reconocía perfectamente por estar en la misma clase y por supuesto, por ser uno de los de la generación milagrosa, pero nunca había tenido algún contacto alguno con él.
Caminó a la caja para pagar aquella botella regalándole una pequeña sonrisa a aquella anciana que se encontraba cobrando y salió de camino a su casa mientras tomaba pequeños sorbos de agua para que empezara a sentirse llena.
xxxxx
Miró la báscula con la mente ocupada tratando de hacer cuentas de cuánto había perdido en unos días.
-43 Kg, ¿Sólo dos Kg?- Le preguntó a su gato, Zeus, que la miraba desde su pequeña cama.
-Estos días de descanso no han sido para nada malas, la verdad- Zeus respondió con un pequeño miau mientras se estiraba y se acercaba a su dueña tratando de llamar su atención.
-Ya debe ser tarde, necesito prepararme para la escuela- Sin pensarlo dos veces, se inclinó para acariciar a Zeus unos segundos mientras este solo se limitaba a ronronear. Miró el reloj de su pared y suspiró pesadamente. Se levantó para encaminarse a su armario para buscar aquel uniforme que tanto odiaba.
Una falda oscura a cuadros que le llegaba arriba de las rodilla y una camisa blanca con una corbata roja. Sin embargo para suerte de ella, eso pensaba, tenía que llevar un chaleco negro encima de aquella camisa blanca, lo cual era algo grande y ocultaba su delgada figura. Acompañado a esto, o al menos lo que ella llamaba "su pequeño toque", llevaba unas calcetas negras hasta las rodillas porque la hacían sentir un poco más caliente.
Salió de su departamento agarrando sus cosas y despidiéndose de Zeus y se encaminó a Yosen.
Con los audífonos puestos entró a su salón de clase y caminó hasta su lugar asignado, que para su suerte era junto a la ventana. El lugar donde se aislaba del mundo. Al ser muy tímida no tenía amigos con los que conversar a diario, sus compañeros de vez en cuando se acercaban a ella preguntándole algo pero tanta era su vergüenza que ya no les devolvía la palabra, por lo tanto la mayoría pensaba que ella era amargada y rara.
Perdida en sus pensamientos quitó sus audífonos apagando la música viendo que la hora para que comenzara la clase casi llegaba.
-¡Oh!- Aquella voz que de alguna manera le resultaba familiar hizo que girara su cabeza como si la hubieran llamado
-Tu eres aquella chica de la tienda- El Pelimorado metió una papa sabor sal a su boca mientras miraba a la chica con una cara de aburrimiento, su cara normal. A su lado se encontraba Himuro Tatsuya, uno de los chicos más populares entre las chicas por lo apuesto que era, o al menos es.
-Mucho gusto- comenzó hablando el pelinegro con una sonrisa mientras la chica solo se sentía cada vez más confundida
-Himuro Tatsuya, y este grandote de aquí es Murasakibara Atsushi- ____ trató de simular una pequeña sonrisa aunque salió más como una mueca algo confundida.
-Mmm... Hola- Respondió con una voz baja mirando de reojo a las personas, más que nada chicas, que murmuraban entre ellas mientras los miraban.
-_____(t/a) ____(t/n)- Se presentó rápidamente tratando de disimular su nerviosismo.
-No es por ser grosera ni nada, pero, ¿por qué me están hablando?- Su tono de voz había cambiado a uno un poco más tranquilo, de un momento a otro ya no le importaron los murmullos.
-Sólo queríamos invitarte a comer con nosotros en el descanso, fue idea de este de aquí- Siguió Himuro con una pequeña sonrisa sincera.
Miró a ambos chicos unos pequeños segundo tratando de buscar algún truco bajo esa sonrisa y detuvo su mirada en Atsushi haciéndolo sonrojar como aquella vez en la tienda. Una pequeña sonrisa apareció en sus labios.
-Claro- Respondió unos segundos después, casi al instante entró el profesor del aula mientras que todos ocupaban sus respectivos lugares. Himuro murmuró un "Nos vemos al rato" antes de sentarse unos lugares más adelante de ella mientras que el pelimorado tomó lugar detrás de esta.
Ignorando al profesor miró hacia la ventana perdiéndose en sus pensamientos. Ahora que había aceptado ir con ellos en el descanso tenía que inventar algunas excusas o comer alguna pequeña cosa para que no afectara en su dieta. Sin embargo se sentía feliz, el hecho de estar con alguien a la hora del descanso la ponía así. Claramente odiaba la soledad y por eso hablaba con su gato, pero para ella su soledad era inevitable.
"Estas demasiado gorda, por eso no tienes amigos" Pensó
xxxxxx
Editado: 08/02/20
![](https://img.wattpad.com/cover/65075577-288-k894125.jpg)