Capitulo 15

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Nunca llegué a esperar esa reacción por parte de mi mamá... no me dijo nada, solo hizo como si nada hubiera pasado. Tras el partidos fuimos a comer al restaurante del entrenador, principal mente por hambre y después para celebrar que Kazemaru y Shuuya-kun habían logrado completar la Veleta De Fuego.

Cuando regrese a casa mi papá aun no había vuelto del trabajo y mi madre estaba en el salón, seguro que con su trabajo, por la cara que tenía... Me acerque a ella, dije "Ya regresé" ella solo me sonrío y contesto como siempre. No tenía ni idea de lo que pasaba por su cabeza. No, no os asustéis, nunca me delataría, pero el silencio tiene un precio, como toda mamá que se precie tiene las mismas demandas: limpiar mi cuarto y sacar buenas notas.

Un día de entrenamiento empezaba, y esta vez lo hacían en la secundaria. Como por milésima vez volvían hacer la Veleta De Fuego. Cada vez que lo hacían mas impresionante se hacía, por no hablar de su poder.

― ¡Bien! ¡Así es como se hace!

― Un intento más.― Ordeno el entrenador con su tono serio de siempre.

Ren asintió y le dio un pase a Kazemaru, quien estaba preparado para recibirlo en la banda y correr al centro a la misma velocidad y distancia que el delantero. Ambos se miraron y con solo eso ya sabían que era el momento de elevar el balón para para chutar a la vez, volviendo hacer la Veleta De Fuego perfecto.

― ¡Increíble! Que sincronizasión― Dijo Endo antes de mirar a Someoka.

― Si capitán, pero el Tornado Dragón no se quedará atrás.

Volvían anotar, una y otra vez. Cuando ya parecía que estaba perfecta Endo llamo a Sombra, el cual estaba tras la portería, en la parte de la entrada del edificio para poder controlar si lo hacían bien. Como respuesta solo levanto el pulgar en afirmativa. Estaba siendo perfecto. Todos estaban emocionados, cada vez que les veía realizar la técnica le encantaba, era genial. Todos sonreían, el estar preparado para el torneo se lo merecía. Antes de que pudieran realizar otra vez la técnica o ya entrenar todos, la limusina de los Raimon se paraba muy cerca de la cancha y de ella salía en presidente llamando la atención de todos.

― Oye, ¿conoces a ese señor?― Preguntó Domon acercándose a Someoka.

― Ni idea...― Le contestó el chico de extraña marca en el cuello caminando a su lado.

― Oye, vosotros, más respeto, es el presidente de la escuela, en pocas palabras: el padre de Natsumi.― Les regaño el más alto. Los dos amigos se miraron y encogieron de hombros.

― Lo sé, pero recuerda que soy nuevo en esta escuela, y por eso no se nada al respeto.― Contesto Domon por los dos.

Por una orden del entrenador, y porque el presidente quería hablar con ellos, todos los jugadores se pusieron en fila frente al presiente esperando oír todo.

― Jóvenes, los felicito porque participaran en las nacionales.

― ¡Muchas gracias!

El presidente se giro un poco para ver al entrenador y hablar con él. Le contaba la sorpresa que fue enterrarse que el entrenador había sido uno de los miembros del legendario Súper Once. Volvió a mirar a los chicos y le agradeció que gracias a ellos el torneo Fútbol Frontera había recuperado su prestigio, Y esperaba ver partidos tan emocionante como los que habían tenido hasta ahora. Aun que este no era el único motivo de su visita, había oído que su sede estaba vieja y casi en ruinas. Para no estarlo, era la que usaban los Súper Once en sus tiempo. Entraron a dentro y el entrenador les demostró que eso era cierto gracias a los garabatos que aun quedaban por ahí.

Una Nueva Aventura /Inazuma Eleven (súper once)/ {Con los nombre originales}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora