Secuencia de memoria 9

448 28 20
                                    

Frankfurt, Alemania; 8 de Diciembre de 1942.

Carl estaba muy cansado tras aquel viaje, era de noche en la ciudad de Frankfurt. Ahora la actividad nazi se intensificó mucho más; hallándose en las calles de aquella ciudad alemana, el asesino miraba cómo los batallones se llevaban una gran cantidad de personas, él se ocultó entre unos callejones con cajas y miraba desde ahí, al observar, pudo darse cuenta de que aquellos soldados que, casualmente iban acompañados por varios grupos de matones templarios, se llevaban a personas con rasgos distintos a los de cualquier ciudadano alemán, esto preocupó a Carl, quien viendo el retiro del batallón, procedió a emerger nuevamente bajo la luz de la luna muy preocupado, continuó su camino por las calles y entre su camino, se detuvo para mirar un callejón muy familiar, el lugar ya se veía deteriorado e inclusive, se hallaba abandonado, al observar detalladamente recordó.

— Aquí es donde he visto por primera vez al señor Belinsky.

En efecto, era el callejón que conducía a la residencia de Nicole Frank, la mujer de la cual Carl estaba enamorado tiempo atrás, pero de inmediato, él volteó la mirada para seguir su camino y llegar hasta la residencia de Smith, cuando lo hizo, se percató que no habían soldados vigilando la zona, entonces él entró muy extrañado ante ello, cuando abrió la puerta principal, se percató que el lugar estaba hecho un completo desastre, Carl se adentró de inmediato mirando cómo estaba el interior estaba diezmado, las decoraciones rotas, los cuadros en el suelo, los bienes destrozados, etcétera. El asesino corrió deprisa mirando entre las habitaciones, entonces, llegando a la sala de armas, encontró a Evelyn reposando en el suelo, ella se hallaba lastimada por lo que Carl se agachó junto a ella tomándole la mano.

— ¡¿Evelyn?! — replicó muy preocupado el asesino — ¡¿qué diablos ha sucedido?!

La mujer reaccionó ante la voz de Carl y abrió lentamente sus ojos para finalmente hablar — Carl, los soldados...

El asesino estaba desesperado — ¡¿Qué tienen los soldados?!

Evelyn lloró — Se han llevado a Edward.

Carl soltó a Evelyn mientras se levantaba — ¡¿Se lo han llevado?!, ¡¿para qué?!

— Un hombre — decía entre tosidos ella — un templario que usaba alguna clase de sombrero se lo llevó.

Carl estaba frustrado e intentó tranquilizarse, de inmediato, levantó a su compañera y la llevó hasta su habitación que se hallaba desordenada, el asesino retiró unas cosas de la cama de ella y logró recostarla para sentarse a su lado justo en la orilla del camastro.

Con mucha preocupación — Evelyn, necesito que me digas qué ha pasado.

La mujer suspiró — Unos matones templarios arribaron sobre la residencia e iniciaron un ataque, Edward y yo podíamos contra ellos pero un templario, quien parecía ser el líder de ellos, abrió la puerta principal y expuso la escena ante un batallón que pasaba, entonces, ellos entraron para ayudar a los matones, la victoria era imposible así que decidimos correr pero no íbamos a lograr huir — entre llantos — él se quedó atrás para hacer tiempo, corrí hasta la sala de armas donde varios soldados me golpearon fuertemente, fingí estar muerta y por ello se fueron mientras destrozaban el lugar, sólo escuché como apresaban a Edward y se lo llevaban.

Carl derramó lágrimas — No...

Evelyn miró preocupada al asesino — ¿Qué ha pasado, Carl?

Marlington tomó de su bolsillo aquella moneda que tanto apreciaba y la mostró — Esto es símbolo de mi amistad con Ludwing, él ha decidido irse a Nueva York con ese tal Tesla para aprender de él, ha decidido continuar su vida normal.

Assassin's Creed: HolocaustDonde viven las historias. Descúbrelo ahora