Don't be Afraid

Capítulo VIII

Clarke

La película no era muy buena que digamos pero al menos era entretenida, ya estaba a punto de terminar aunque el final era bastante predecible, me giré para mirar a Lexa y vi que ésta se había quedado dormida, ya es la segunda vez hoy, me hizo gracia, la tapé con la manta pero ésta se movió y se acurrucó en mi hombro, me quedé inmóvil, no quería despertarla así que seguí mirando el final de la película.
Diez minutos después ya había finalizado, apoyé mi cabeza contra la cabecera de la cama y cerré mis ojos, estaba muy cómoda y si seguía así le haría compañía a Lexa en el mundo de morfeo. Hoy me la había pasado realmente bien, me gusta la compañía de Lexa, es buena chica, y muy simpática. Su cabeza seguía en mi hombro, podía sentir su respiración contra mi piel, era lenta y suave. ¿Ésta chica dormirá por las noches?
Sonreí al recordar cuando estábamos cocinando, ella tenía buenas habilidades y lo hacía todo muy rápido, me sorprendió cuando se acercó por detrás mío para enseñarme y cogió mi mano, me puse realmente nerviosa por la cercanía.

Volví a mirarla, debía irme ya pero una parte de mi no quería, me sentía demasiado bien pero tenía que irme, aún me quedaban cosas pendientes por hacer en mi nueva casa, como pude me aparté de ella cogiendo con delicadeza su rostro e hice que se recostara mejor en la cama. Me levanté con cuidado de no hacer ruido, abrí la puerta de su habitación para que entrara algo de luz, me acerqué a la televisión y la apagué volví a dirigirme hacia la puerta y la observé unos segundos.
-Dormilona - susurré.

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Antes de llegar a casa fui comprando comida para que mi nevera tuviera algo más de vida. Ahora me encontraba organizando mis libros de la Universidad y buscando unos papeles para el ingreso. Una vez hecho me dirigí a mi habitación, cogí el móvil que estaba en la cama y vi que tenía un mensaje de Lexa, era la respuesta a mi mensaje anterior, le volví a escribir diciendo que me había encantado pasar el día con ella, y que me fui sin despedirme porque no quería despertarla, le di nuevamente las gracias por la comida y que le dejé el dibujo en la mesa del salón. Por último le di las buenas noches. Vi que también tenía una llamada perdida, era de mi madre...que bien. Llevaba sin hablar con ella un tiempo, la última vez le envié un mensaje diciendo que me mudaba de nuevo al pueblo.
Mi último año había sido un desastre y eso había provocado un deterioro notable en la relación con mi madre, después de recuperarme del accidente y que ésta me dijera que ya estaba con alguien más me tocó, y mucho, no supe aceptarlo en ese momento. Discutíamos todos los días por tonterías, todo el tiempo le echaba en cara el como podía hacerle eso a mi padre, ella me decía que su relación hace años que no era la misma y que no tenía la culpa de haberse enamorado de otra persona, que tenía el derecho de seguir adelante con su vida y ser feliz. Por supuesto le dolió la muerte de mi padre, se pasó semanas muy deprimida y sumándole el estado en el que me encontraba en ese momento pues no ayudaba, se tuvo que encargar del funeral y esas cosas. Después de estar un tiempo en el que sólo la pasábamos discutiendo decidí mudarme con mi novio de aquel entonces, Finn. Ella no estaba nada de acuerdo con mi decisión pero hice lo mejor para mí... O eso creía.

Salí de mis pensamientos y fui a darme una ducha, necesitaba que el agua caliente recorriera mi cuerpo, me encantaba esa sensación, me relajaba tanto...

A lo tonto eran las diez de la noche ya, que rápido se me había pasado el día.
Volví a mirar el móvil, y me pensé un momento en si llamar a mi madre.. Ya lo haría mañana mejor. Aún no tenía sueño así que me puse a estudiar un poco, tenía que ponerme al día.

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Al día siguiente

Lexa

Me había despertado hace unos cinco minutos, no me podía creer que me hubiese quedado dormida de nuevo y encima con Clarke a mi lado, que vergüenza. Vi su mensaje, otra sonrisa tonta se me escapó al leer que se lo había pasado bien, menos mal. Al ver que me dejó el dibujo en el salón, bajé rápidamente a por el. Me encontré con Anya, la cual se encontraba observando el dibujo.

- ¿Y este dibujo tan bonito? Me preguntó al notar mi presencia.

- Me lo hizo una nueva amiga que he hecho, es una larga historia.

Lo observó unos segundos más y me lo dio. - Me gusta, es una artista esa nueva amiga tuya. - Me sonríe.

- Sí...- cojo el dibujo y lo miro, otra sonrisa se me escapa, de lo cual Anya se percata y me mira con cara interrogante- acaba de llegar al pueblo, bueno vivía aquí hace años pero se fue y ha regresado de nuevo, otra larga historia supongo. En fin..
¿Qué tal lo pasaste ayer?

- De maravilla, me encanta reunirme con mis amigos y pasarlo como en los viejos tiempos.

Estuvimos hablando un buen rato, luego cada una nos fuimos a hacer nuestras cosas. Le respondí al mensaje de Clarke, me disculpé por haberme quedado dormida, la noche pasada apenas había dormido por estar viendo series y claro, estaba que me caía por todos sitios. Me alegraba que se la hubiera pasado bien y que esperaba que nos viéramos pronto.

Al minuto mi móvil sonó, un mensaje de Clarke... que rápido me había respondido.

-- No te preocupes Lexa, a ver si nos vemos en la uni mañana.

Es verdad, podría verla casi todos los días en la Universidad...
Le respondí de inmediato.
-- Claro que si, ¿hasta que hora tienes clases?

-- Hasta la una ¿y tú?

-- Yo mañana hasta las doce, ¿te espero en la entrada?

-- ¡Ah, que morro! Me parece bien, hasta mañana entonces.

-- ¡Hasta mañana! -Me despedí.

Oh dios, ya estaba deseando que fuera mañana para verla. Tenía que llamar a Octavia y contarle todo lo sucedido, aunque seguramente me regañaría diciéndome de nuevo que me estoy haciendo ilusiones muy rápido, ella siempre ha sido tan precavida..
Pero ciertamente aún no tenía la certeza de si Clarke podría llegar a tener un interés amoroso con alguna chica o conmigo, necesitaba averiguar si eso era posible. La cuestión era cómo, ¿se lo preguntaba directamente o se lo sacaba con indirectas.. O intentaba seducirla? ...Vale, qué me pasa, nunca me había rayado tanto con estas cuestiones, cuando alguna chica me llamaba la atención iba a por ella, aunque me llevara calabazas pero esta vez era distinto, tenía miedo, miedo a que me rechazara o me dejara de hablar.