Capitulo 4: Todo se tiñe de color rojo (Parte 2)

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Aquella mujer se aproximaba a mi brazo rápidamente, el cual estaba tomado por el hombre. Yo comenzaba a temblar y no dejaba de mirar a la mujer.

-Vamos...Contesta..¿Quieres que todo esto pare?...Yo me encargare de todo...mjmjmj- Volví a escuchar esa voz que no sabia de donde provenía e intentaba buscarla con la mirada-No me busques...no me encontraras allá...-Mi cuerpo empezó a temblar mas, no entendía las palabras de aquel ser que me hablaba.

-Bue...ya es tarde...nos veremos pronto..- Volvió hablar aquella voz, para luego escuchar como si se alejara junto a una risa algo macabra.

Me empecé a mover bruscamente, intentando zafarme del hombre ,pero este empezó a hacer mas fuerza para que me mantuviera quieta. Entre mas me movía mas fuerza hacia y la mujer se quedaba esperando a que me inmovilizara. El moverme tanto, ya empezaba a doler por la fuerza que hacia el hombre sobre mi que se encontraba casi encima mio intentando hacer que me quedara quieta. Ya casi no podía oponerme.

-¡Maldita seas! ¡Mantenla quieta de una vez Ricardo!-Escuche gritar a la mujer que estaba comenzando a enfadarse. Mire sus ojos con miedo e hicieron que me congelara, de alguna manera sentía su enojo, sobre mi.

Una vez quieta, por ya no poder mas, la mujer me enterró la punta de aquello que llamaban jeringa en mi brazito. Dolía. Dolía mucho. Y las lágrimas comenzaron salir sin que yo quisiera-Duele...duele mucho-Dije con voz temblorosa, mientras volvía a moverme un poco queriendo que me sacara aquello del brazo para que dejara de doler, causando el efecto contrario.

-Quédate quieta o te dolerá el doble..-Escuche murmurar a la mujer que aun parecía estar enfadada.

Una vez saco la punta de la jeringa, el dolor parecía desaparecer, cambiándose por leves mareos. Me pegaron un pedazo de algodón el cual también olía raro, en aquel lugar que me dolía, y ahora sin saber porque me ardía. El olor parecía hacer mis mareos mas fuertes. Cerré mis ojos y me sentí aun mas mareada. Mi cabeza comenzaba a doler y una pequeña risa macabra se escuchaba desde lejos.

(...)

Todo estaba de color negro, y aun así podía ver mi cuerpo, además de una sombra enfrente mio que empezaba a rodearme y dar vueltas a mi alrededor, para luego sentir como si me estuviera mirando a los ojos.

-Por fin nos conocemos...-Le escuche decir. Su voz era algo grave y sentía que hablaba mas de un ser a la vez.

-¿Uh...? ...¿Quien...?-Dije tímidamente sin poder terminar de hablar.

-Yo...solo soy algo que encerraste en el fondo de tu corazón...es mas, casi me separarte de ti por completo..-Volvió hablar dejándome extrañada,¿De que hablaba?

-No..no enti..-Volvió a interrumpirme.

-Claro que no entiendes...si ni siquiera llegaste a conocerme-

-Yo..lo siento...no..-Intente echarme atrás pero no pude, sentí algo en mi pie, di la vuelta para mirar y me encontré a un ser parecida a mi misma,completamente herida, llena de sangre por todo el cuerpo y los ojos llorosos. Di un par de pasos hacia atrás casi cayéndome. Mire bien a mi alrededor, y estaba de nuevo en el cuarto blanco teñido de rojo por la sangre. Yo estaba de nuevo en la camilla, encima de aquella posa color carmesí.

-Charlotte...-Volví a escuchar aquella voz débil. Mire a la que supuestamente era yo, la cual me estiraba un brazo.

-¿No la reconoces Charlotte..?-Volví a escuchar la voz de aquella sombra riéndose. Mire al suelo, y de la sombra de la camilla, apareció aquel ser, como una sombra en forma de serpiente, mirándome o así lo sentía.

-No..no se..-De nuevo volvió a interrumpirme.

-Es tu inocencia...tu ingenuidad..-Dijo como si fuera una respuesta de lo mas obvia.

Conociendo El Mundo ExteriorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora