Capítulo 59 ~ Abogado del diablo.

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A pesar de que me opuse lo más que pude a que se llevaran a Taemin, entre varios paramédicos lograron subirme a la ambulancia. "Necesitamos que estés quieta" decían ellos, mientras intentaban tomar mi presión y revisar que mis pulmones estuvieran funcionando bien.

- Necesito que te calmes para poder chequear tu estado – dijo un enfermero.

- ¡No quiero calmarme! ¡Se lo llevaron y él solo intentaba salvarme! ¡Gracias a él estoy viva! – me negaba, acostada en la maldita camilla a la que me habían destinado.

Cerré los ojos y seguí llorando, sintiéndome frustrada porque lo único que quería era abrazarlo y tenerlo junto a mí, pero a cambio de eso solo me tenían en esa maldita ambulancia y me llevaban al hospital a ver mi estado.

- Hija, necesitas calmarte – decía papá a mi lado.

- ¡Tú no me hables! – me alejé de su toque con brusquedad.

El enfermero quiso tomar mis brazos otra vez, pero me lo quité de encima con un solo movimiento, sin dejar de cubrir mi cara porque sentía que no podía respirar y que las lágrimas inundarían todo en ese momento. De pronto el paramédico sin previo aviso y sin pedir ningún tipo de autorización, tomó uno de mis brazos y con rapidez lo pinchó. Grité, y comencé a patalear aunque no quise mover el brazo porque sabía que solo lograría dañarme a mí misma.

- Esto es un calmante, te ayudará a estar más tranquila.

Golpeé su mano y la jeringa vacía voló hasta alcanzar el extremo de la ambulancia, y continuó rodando hasta que se encontró con la puerta.

- ¡Vete a la mierda, no quiero tus calmantes! – le grité, y me dejé caer otra vez en la camilla.

Desperté dentro de una sala blanca, iluminada por deslumbrantes tubos fluorescentes, y estaba rodeada por una especie de biombo de color azul. Mi padre se puso de pie apenas me vio abrir los ojos, y un doctor se acercó a la camilla hablándome lentamente.

- ¿Cómo te sientes, Danielle? – me preguntó con la típica sonrisa de doctor amigable amante de su trabajo.

- Bien – me senté en la camilla, acomodándome hasta dejar los pies colgando fuera de ella – estoy en perfecto estado de hecho ¿puedo irme de aquí? – le pedí, intentando dar un salto fuera de la camilla.

- Necesito hacerte algunas preguntas primero – me sostuvo de los hombros impidiéndome bajar.

Miré a mi padre y sus ojos estaban aguados, podía notar que estaba preocupado, asustado, pero por sobre todo avergonzado. Sabía que había leído la carta y con ello me había enterado de todos sus secretos. Intenté ser indiferente cuando lo miré, porque aún me debía una explicación pero ahora solo quería ver a Taemin.

El doctor me dio una sonrisa nuevamente, y sacó una elegante pluma del bolsillo de su perfectamente planchado delantal blanco, tomó una planilla que colgaba de la camilla en la que estaba y comenzó a interrogarme.

- ¿Te drogaron?

Sacó una especie de lápiz del mismo bolsillo y encendió una penetrante luz. Se acercó a mi rostro y separó mis párpados con la yema de sus dedos, dirigiendo la luz directamente a mis pupilas. Frunció mínimamente el ceño y volvió a tomar la planilla, anotando algo que no pude ver.

Me quedé mirando el piso un segundo cuando sentí mi cuerpo reaccionar al instante. Los vellos de mis brazos se erizaron y un frío líquido recorrió mi espina dorsal porque todo aún se sentía muy real. Y las imágenes pasaban frente a mis ojos como los faroles de la calle cuando Taemin conducía el Mustang. Podía escuchar mis propior gritos cuando Siwon me capturo en la puerta de casa, y todo lo demás que vino después.

Not forget, Not forgive ~ Lee Taemin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora