Not forget, Not forgive ~ Lee Taemin.

Capítulo 18 ~ Límite.

Sabía que me había sonrojado cuando Taemin me dejó quedarme con su sudadera. Desde ayer cuando todo ocurrió con Sehun, se había comportado muy atento conmigo, se quedó todo el día en casa y no me discutió nada de lo que le dije. Al parecer por fin estábamos forjando el lazo de hermanos que tanto esperaba, y la verdad me sentía muy feliz de que las cosas tomaran este rumbo. Si tenía suerte, cuando papá volviera de Japón nos llevaríamos más que bien, y hasta quizás podrían mejorar las cosas entre ellos.

Aunque me sentía como una niña atendida por mi hermano, no pude evitar el hecho de que IU y Sulli estaban esperando una explicación. Les conté como había sucedido todo, y para mi sorpresa el sermón de IU no fue tan grave como de costumbre, solo se remitió a maldecir a Sehun y abrazarme como si no existiera mañana, pero aunque ella no lo dijera, yo sabía lo que estaba pensando; Taemin ya me lo había dicho, yo misma le había regalado mi virginidad a Sehun en bandeja de plata.

- ¿Y cómo volviste a casa después de eso? – inquirió IU.

- Taemin fue por mí... lo llamé y cuando se dio cuenta de que me había escapado mientras no estaba en casa, enfureció. En menos de quince minutos llagó a recogerme a Madison.

- A pesar de todo parece ser un buen hermano contigo – Sulli sonrió tranquila.

- Sí... me siento como una idiota. Si me hubiera quedado en casa y lo hubiera escuchado nada de esto hubiese pasado...

- Me siento mucho más segura ahora que Taemin está aquí, es la voz de la conciencia que necesitas escuchar antes de hacer idioteces – IU me sonrió maternalmente.

- Perdón IU, perdón por no escucharte a ti tampoco.

- Eso ya no importa... lo que importa es que estás bien, y que le debemos eso a Taemin.

Sonó el timbre de la puerta y noté a través del delgado visillo que cubría el ventanal, que las pizzas habían llegado. Antes de que pudiera ponerme de pie, Taemin caminaba a largas zancadas hasta la puerta, le pagó al repartidor y caminó hacia nosotras. Dejó las pizzas sobre la pequeña mesa en el centro del living y cogió un humeante trozo de su pizza con carne, lo metió apenas en su boca, y caminó a la cocina.

- ¿No vas a comer con nosotras?

- No, tengo cosas que hacer – apenas lograba descifrar lo que decía, mientras masticaba el queso caliente.

Volvió de la cocina y subió corriendo a su cuarto.

- ¿Dónde va? – susurró Sulli.

- No lo sé, nunca me da explicaciones.

Me recosté sobre el sofá algo frustrada. Pensé que ya habíamos superado la etapa de los secretos y la desconfianza. Bajó nuevamente la escalera mientras terminaba de vestirse una sudadera negra con cremallera blanca, traía su celular en la mano y aún masticaba el último trozo de pizza.

- Demonios – miró la hora y se apresuró a tomar las llaves del Mustang – Ustedes, por favor cuiden de Danielle mientras no estoy, que no se escape ni se acerque a la piscina – me miró con seriedad – y tú, por favor, esta vez sí no hagas nada estúpido, ¿está bien?

- Sí, ve tranquilo – le sonreí intentando demostrar obediencia.

- De acuerdo, nos vemos – besó mi frente con rapidez y salió de casa.

- Aww, eso fue tierno – exclamó Sulli, sus ojos brillaban como si estuviera mirando Titanic.

- ¿No te parece... extraño? – disparó de pronto IU.

- ¿Qué cosa?

- Su presencia... él... ¿no te causa nada?

- No entiendo a qué te refieres...