Not forget, Not forgive ~ Lee Taemin.

Capítulo 12 ~ Preguntas y respuestas.

Subimos al auto de papá y Taemin salió del aparcamiento de la escuela.

- ¿Dónde vamos? – le pregunté mientras él encendía un cigarrillo.

- ¿No era que no querías hablar con nadie? – me miró divertido.

- Solo necesito saber dónde vamos.

- ¿Eso cambiará algo?

- No.

- Entonces no es necesario que lo sepas – dio una calada a su cigarrillo.

Suspiré y me dediqué a mirar por la ventana. Taemin tomó la carretera por la cual se salía de la ciudad y anduvimos un buen tramo sin decir nada, hasta que redujo la velocidad y se salió del camino, para manejar por un sendero rocoso y lleno de pastizales secos. No tenía la más mínima idea de a dónde íbamos, hasta que el Mustang se detuvo detrás del aeropuerto.

- ¿El aeropuerto? – pregunté sorprendida.

- Sí – abrió la puerta del auto y bajó de él.

Bajé también del auto, observando a Taemin estirarse. El viento golpeaba fuerte y despeinaba mi cabello, igual que las ondas negras del cabello de mi hermano. Se giró hacia mí y me dio una sonrisa, se acercó caminando mientras el viento soplaba haciendo ondear su uniforme.

- ¿Te gusta?

- Es... como estar en medio de la nada.

- Precisamente ese es su encanto.

- ¿Cómo conoces este lugar si acabas de llegar?

Se sentó en el capó del auto de papá y yo hice lo mismo. Se dejó caer hacia atrás, apoyando su cabeza sobre sus brazos cruzados detrás de él, estiró las piernas y se dedicó a mirar los aviones.

- El día en que vine hasta acá fui temprano al aeropuerto, sin tener idea de a qué hora salían los vuelos a Estados Unidos. Cuando llegué, el primer vuelo del día acababa de salir, y el próximo salía a las tres de la tarde, así que salí del aeropuerto y caminé hasta la carretera... me pareció un buen lugar para esperar y supuse que sería similar aquí.

- ¿Te pareció un mejor lugar que los cómodos asientos del aeropuerto? – no lograba comprender su punto.

- Quería estar solo... mi madre acababa de morir – noté como su expresión de añoranza se convirtió en una totalmente melancólica. El brillo de sus ojos se apagó y su mandíbula se tensó.

- L-Lo siento – me sentí como una idiota, estaba feliz hace un momento y ahora volví a ser tan sombrío como siempre - ¿V-Vienes de Corea, verdad? – intenté cambiar el tema.

- Sí, de Seúl.

- ¿Es lindo allá?

- Hmm, es una ciudad normal, como todas...

- Ah, ya veo...

Era la primera vez en que sosteníamos una conversación algo normal, y yo no sabía qué decirle.

- ¿Qué pasó con tu madre? – me preguntó de pronto, mirándome fijamente.

- ¿Mi madre? – asintió – bueno, ella y papá se divorciaron cuando yo tenía cinco años, y ella se fue a California. Al parecer las cosas terminaron muy mal con papá, porque nunca más pisó Minnesota... así que supongo que eres la segunda persona que más lo odia en el mundo después de ella.

Enarcó una ceja y rió divertido.

- ¿Y la ves?

- A veces, cuando voy de vacaciones a su casa. Otras veces hablamos por videollamadas, me llama a mi móvil o me envía regalos... aprendí a vivir sola con papá y Marie.