El comienzo de una noche muy movida

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Saint Seiya ni sus personajes me pertenecen, son de propiedad exclusiva de Masami Kurumada.

Espero les guste!

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—Shaka... —si bien había llegado a Honolulu para disfrutar y distraerse, Aioria no podía evitar pensar en el rubio, más tomando en cuenta la bomba que Milo le había soltado diciéndole lo de la carta, realmente estaba preocupado por lo que el sexto custodio pudiese estar pensando de él en esos instantes si ya encontró el mensaje. —¿Qué voy a hacer con todo esto?

—Disfrutar, eso es lo que tienes que hacer gato, no puedes estarte desanimando cuando apenas llegamos —Milo intentaba hacerle ver su punto de vista a Aioria, quien solo negaba con la cabeza.

—Estoy preocupado Milo, tú mismo sabes lo mucho que me costó que Shaka me aceptará a su lado, y después vienes y me dices que dejaste una carta a nombre de los dos terminando con Camus y Shaka.

—Ya déjalo gato, no te coloques tan serio por este asunto, no sé..., porque mejor no te lo tomas como un pequeño descanso de su relación, después de todo si realmente te quiere no tendrá problema en esperarte.

Aioria medito unos segundos las palabras de Milo, no sabía con exactitud qué hacer, sus opciones eran limitadas y una de estas no haría más que provocarle una fuerte migraña al tener que preocuparse de cómo solucionar la situación; podía dejar de lado sus tan ansiadas vacaciones y salir volando de vuelta al santuario y explicarle los hecho a Shaka, a riesgo de que no le creyera o que se enojara aún más con él, un panorama nada alentador, o podía quedarse todo el tiempo que tenía libre en la isla, disfrutar de su belleza y atractivos, y después cuando acabará su viaje explicarle todo a Shaka, además como Milo había dicho, si este en verdad lo quería, lo esperaría, a pesar de lo que sucediera.

—Bien bicho tu ganas, te dejare pasar esto solo por esta vez, aunque sigo creyendo que lo que hiciste estuvo mal, ya no hay nada que se pueda hacer para remediarlo, por lo que lo único que vamos a ser de ahora en más es divertirnos —terminó de hablar con una sonrisa de suficiencia Aioria.

—Así se habla gato —exclamó Milo a la vez que le pasaba un brazo por sobre el hombro de Aioria. Aioria en un intento de venganza por lo del ascensor, tomó a Milo fuertemente del brazo que había puesto por sobre su hombre y lo arrojo de lleno al sofá, pero en un error de cálculo Aioria impuso demasiada fuerza en el lanzamiento y Milo cayo de sentón lejos del sofá. Milo solo pudo sobarse el trasero adolorido mientras miraba con mala cara al leonino, el cual reía nerviosamente.

—Ups, se me paso la mano.

—Ups... —Milo se acercó amenazadoramente a Aioria—. Ups, ¿es todo lo que tienes que decir gato tonto?, ¡eso me dolió!

—¡Eh! —Aioria intentó escudarse colocando sus manos por delante y así poder mantener cierta distancia con el escorpión—. Tú comenzaste, fuiste tú quien me arrollo en el ascensor, y eso sí que la sufrí, no eres alguien demasiado liviano.

La irritación comenzó a invadir a Milo, estuvo a punto de tirarse sobre Aioria para cobrárselas. Sin embargo este último presintió las acciones de Milo y salió huyendo rumbo a su habitación para encerrarse. Milo lo siguió inmediatamente y para fortuna del escorpión logro alcanzarlo antes de que cerrase la puerta.

—Te tengo gato del demonio.

—¡No Milo suéltame!, ¡déjame ir! —el escorpión conociendo la exageración de su amigo lo ignoró y lo arrastró de vuelta a la sala, no era momento de seguir peleándose por tonterías tan triviales, ya tendrían tiempo para eso luego, pero ahora necesitaban resolver un problema más importante, no tenían su equipaje, por lo que estaban sin nada de ropa.

Escape a HonoluluDonde viven las historias. Descúbrelo ahora