Capítulo 11

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Nos fundimos en un largo y fuerte abrazo, uno que reparó cada una de nuestras partes rotas, y volvió a unir aquellas grietas que se habían formado entre nosotras.

-Perdoname por favor.- susurró ella en mi oído.

-Ya está. Vos misma lo dijiste, todos cometemos errores, el mío fue no haberte dicho desde un principio aquello que me molestaba. Pero por suerte pudimos dejar el orgullo y los rencores de lado y arreglar las cosas antes de que ese abismo que se había formado, siguiera creciendo.- dije.

-Prometo no volver a dejarte sola nunca.- dije ella volviéndome a abrazar.

-Bueno, baste de lágrimas y cosas sentimentales.- Dije separándome de ella.- Contame sobre Vico.-

-Estás segura?-

-Es lo que te hace feliz. Yo quiero saber acerca de mi nuevo cuñado.- dije con sinceridad.

-Bueno.- una sonrisa de formó en su rostro inmediatamente.- Me dijo que quería llevar nuestra relación a un nivel más formal.-

-Eso quiere decir que se viene LA pregunta.- dije remarcando la palabra la.

Ella rió.- Sería algo hermoso.-

-Me pone muy contenta verte así de bien.-

-A mi también me gusta sentirme así.- dijo con una sonrisa aún más amplia.- Bueno, ahora contame vos. Con Cristian, todo bien?-

-Si, creo. La verdad es que no sé que somos y eso me confunde un poco. Pero amo pasar tiempo con él. Me ayuda a olvidarme de absolutamente todo.- un sonrisa apareció en mi rostro sin que yo lo notase.- Me invitó al cumpleaños de su hermanita este fin de semana.- dije de pronto, lo que provocó que mi amiga abriera sus ojos tanto como pudo.

-No lo puedo creer.- se quedó en silencio unos segundos como analizando la situación.- Quiero hacer lo suyo formal, es obvio. Quizás te quiera presentar a su familia. Eso no lo hace con cualquier chica, solo con una especial.- dijo guiñándome un ojo con picardía.- Lo más importante. Qué le dijiste tú?-

-Que si obvio. Igual no se, me da como un poco de vergüenza.-

-No tienes por qué. Solo andá y disfrutá.-

Yo creo que con cada pelea que tenemos, nuestra amistad se fortalece, ya sea por una pequeña discusión, o un gran desacuerdo de varios días. Pero todas y cada una de ellas nos enseñan que no hay que preocuparse por pavadas, porque hay cosas mucho más importante y que hay que disfrutar de la vida, no estar siempre pendiente de los errores y las cosas negativas. Vivir, dejar vivir, y compartir esos momentos junto con la gente que te llena de alegría día a día.

Estuvimos hablando por un largo rato, hasta que decidimos preparar algo para comer. Había unos ravioles en la heladera; así que los puse en una olla con agua, y Lu se encargó de preparar la salsa, ya que era una experta en ello.
Mientras estábamos comiendo observaba la situación. Amaba que pudiéramos estar las dos solas, charlando y riendo como siempre ha sido. Pero, a decir verdad, la casa se sentía un poco vacía.
En ese momento una idea increíble llegó a mi mente, y me dispuse a compartirla con mi amiga.

-Qué te parece si mañana invitamos a Cris y Vico a casa, y cenamos los cuatro juntos?- le dije.

-Me creerías si te digo que estaba pensando exactamente lo mismo? Tenía miedo de decírtelo, quizás no te agradaba la idea.- en ese momento comprobé lo que me había dicho un día cuando aún estaba en el hospital, definitivamente estábamos conectadas de alguna manera, si no, cómo sería posible que se nos ocurriera exactamente la misma idea y justo al mismo tiempo?

Recuperando Mi VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora