Capítulo 17

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Rápidamente solté su mano y lo miré, con el objetivo de que notara que esperaba una respuesta de su parte.

-Me lo imaginé.- dijo su madre con una gran sonrisa.- Tienen toda la aprobación de mi parte. Bueno, los dejo solos. Nos vemos más tarde.- dijo dando media vuelta y alejándose de nosotros.

-Ahora vas a ser mi nueva hermana? Siempre quise tener una hermana muy grande.- dije la pequeña Cata abrazándome, cosa que me causó mucho ternura.

-Te traje un regalo, espero que te guste. Feliz cumpleaños otra vez.- dije cuando se separó de mí.

-Gracias!- dijo ella con una sonrisa y corriendo hacia dónde se había ido su madre anteriormente.

-Me parece que tendríamos que hablar.- le dije a Cristian mientras cruzaba mis brazos.

-Te prometo que te explicaré todo.- dijo con una pequeña sonrisa tímida, con miedo a mi posible respuesta.

-Esta bien.-

Me presentó a toda su familia, a su padre, a Mica, su otra hermanita, a sus abuelos, eran realmente muy adorables, y a algunos otros amigos y familiares. No fue para nada incómoda la situación; para ser sincera, pensé que sería peor. Sus padres se la pasaban contando anécdotas graciosas. Estaba divirtiéndome mucho, pero la verdad es que había tenido un día muy largo y lo único que tenía en mi cabeza era la suave sensación de mi cabeza sobre la almohada, y las delicadas sábanas de mi cama sobre mi cuerpo. Pero también sabía, que mi día no había terminado aún, y que faltaba mucho para ello; antes debía resolver algunos temitas que tenía pendiente.
La fiesta duró unas tres horas, y cuando la gente comenzó a irse, Cristian se ofreció a llevarme a mi casa, a lo que claramente accedí, ya que teníamos una larga conversación por delante.

-Estuvo todo muy lindo. Ojalá nos veamos pronto.- dije saludando a Amanda con un abrazo.

-Por supuesto, algún día te venís a casa y tomamos unos mates juntas.-

-Me encantó esa idea.- dije terminando de saludar al resto de la familia, y luego, nos dirigimos a la salida.

-Empieza a hablar ya.- dije apenas estuvimos arriba de su vehículo.

-Es tarde. Por qué no mejor lo dejamos para otro día?-

-Basta de poner excusas. Hacete cargo de las cosas que haces y decís. Si lo hacés, hacete responsable y bancatela. Tanto te cuesta ser sincero conmigo?-

-Esta bien.- arrancó su auto y lo volvió a detener a solo unas pocas cuadras de donde nos encontrábamos anteriormente.- Siempre me imaginé formando una familia, teniendo un gran empleo, dándole a mis hijos y a mi esposa todo lo que necesiten...-

-No entiendo que tiene que ver eso con lo que acaba de pasar. Ayer me besaste. No te voy a negar que me encantó, pero pensé que la situación al volver a vernos sería diferente, me imaginaba algo totalmente opuesto a esto. Por qué le dijiste a tu madre que estábamos saliendo? Sin siquiera consultarlo conmigo? Me lo hubieras dicho y ponía en evidencia mis dotes actorales.- una pequeña risita salió de su boca.- No te rías. Estoy hablando enserio. Por qué lo hiciste?-

-No sé de qué otra manera decirte lo mucho que me gustas.- mi rostro cambió rotundamente, ahora había sorpresa en él, y confusión a la vez.

-Así. Tan difícil es? Así como lo acabas de decir.-

-Tenía miedo de lo que podías llegar a pensar tú. Nunca fui bueno expresando mis sentimientos, por lo general me los guardo para mí mismo. Pero esto es diferente, y no puedo callarlo más.- suspiró.- Desde la primera vez que te vi, aquel día en el centro comercial, pensé que eras la chica más hermosa y dulce que jamás había visto, y debo confesarte que me me ponía muy triste el solo pensar que no volvería a verte más. Pero por suerte, el destino tenía otros planes. Luego nos volvimos a chocar, aquella noche, estaba tan contento de poder ver tus hermosos ojos otra vez. Cuando te vi llorando, no me pude resistir, sentía que debía protegerte, ante cualquier persona o situación, y que no quería dejarte ir jamás. Así que te invité a cenar; no te puedo explicar lo nervioso que estaba al solo pensar que pudieras llegar a negarte a mi invitación, pero no fue así. Nunca me sentí tan cómodo hablando con una persona como lo estoy contigo; nunca fui bueno para entablar una conversación, pero esto fue diferente, algo en vos me inspiraba confianza, cosa que nunca me había sucedido hasta aquel momento.- Cada palabra llegaba a lo más profundo de mi corazón, y se quedaba allí, sin intensión de irse jamás. Cada una de esas palabras, me dejaban más y más sorprendida. Era tan lindo y tierno, no podía creer que un chico como él estuviera diciéndome todas esas cosas a mí, justamente a mí, con todos los problemas que tenía en mi cabeza. Él lograba reemplazar todos esos momentos tristes por cosas lindas, sin siquiera saberlo. Era como una lucesita que se encendía en medio de toda la oscuridad en la que vivía. No tenía palabras para responder, jamás me habría imaginado que todos esos sentimientos eran parte de él, aunque debo admitir que en lo más profundo de mi corazón, deseaba con todas mis fuerzas que fuese así. Solo me acerqué más a él y le di un gran abrazo, esperaba que entendiera todo aquello que quería decir con él, todo lo que ninguna palabra podía explicar.- Lamento no habértelo dicho antes.- dijo separándose lentamente de mí, pero quedando frente a frente. Tenía sus bellos ojos sobre los míos, como pidiéndome permiso para hacer lo que claramente también quería yo. Pronto terminó con el poco espacio que quedaba entre nosotros, juntando nuestros labios en un suave y dulce beso. Sentía como si un montón de mariposas alborotadas bailaran en mi estómago, haciéndome cosquillas. Luego se separó, y depositó un beso en mi frente. Creo que era mi turno de hablar.

Recuperando Mi VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora