Capítulo 18

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Al día siguiente me levanté con una cálida sonrisa. Era domingo, y debía ir a buscar a mi madre, ya que hoy le darían el alta. Me duché lo más rápido que pude, me vestí y salí de mi habitación para ir a desayunar. En la cocina se encontraba Lu.

-Buenos días.- dije.

-Buen día.- dijo ella dándose media vuelta.- Escucha, a las 10 a.m. tenemos que estar en el hospital. Firmamos lo que haya que firmar, pasamos a buscar a Sofi, las traigo hasta aquí y luego me voy. Cualquier cosa que necesiten me llamas y vengo rapidísimo.- dijo terminando de servir el desayuno.

-Qué pasa si mi mamá preguntase por Bauti? Porque podría pasar. Qué se supone que debo decirle?-

Se mantuvo en silencio unos segundos.- Dile que querían pasar una tarde de chicas las tres solas. También podrías inventarle que Bauti está resfriado por este repentino cambio de clima y no querías que la contagiara.-

-Eres la mejor. Jamás se me habría cruzado por la mente todo eso.-

-Terminaste?-

-Si, vamos?-

Tomé mi abrigo y nos dirigimos al hospital. Al llegar hablamos con la mujer de la recepción, que ya nos conocía por todas las veces que habíamos estado allí; y fuimos hasta la habitación donde se encontraba mi madre.

-Al fin, no veo la hora de salir de aquí.- dijo apenas cruzamos la puerta, cosa que me causó algo de risa, sabía perfectamente lo que estaba sintiendo.

Detrás de nosotras entró el doctor, nos dio una lista con los medicamentos y todos los cuidamos que debía tener. Fuimos hasta su oficina a firmar el alta. Ya estaba todo en condiciones para que pudiéramos volver a casa, pero algo se cruzó en mi camino, mejor dicho alguien que me encontré en uno de los pasillos de ese gran hospital.

-Simón. Perdón que no te hablé. Tuve muchas cosas que hacer en estos días. Cómo está tu madre?-

Él se acercó y me abrazó muy fuerte. Una sensación horrible invadió mi cuerpo, sentía que algo andaba mal. Pero por suerte, estaba equivocada.

-No te preocupes. Ella está muy bien. Justamente estoy aquí para firmar el alta. Ya nos vamos a casa por fin.-

-Qué suerte! No sabes lo feliz que me pone oír eso. Te prometo que cuando tenga un tiempito libre, los paso a visitar.-

-Si, por favor. Tenemos muchas cosas de que hablar.- dijo con obviedad y picardía.- Mañana en la noche, te parece bien?-

-Me parece perfecto. Te espero con el helado de chocolate.- una risa salió de su boca.

-Espera a que yo llegue para comerlo.-

-Trataré.- ambos reímos.

-Bueno pequeña, nos vemos mañana.- dijo depositando un beso en mi mejilla a modo de saludo y siguiendo su camino hacia la oficina ubicada al final de pasillo.

-Vamos?- dijo Lu, la cual me había olvidado de su presencia.

-Si, perdón. Vamos.- dije y salimos de ese hospital, no sin antes pasar a darle un beso a mi padre, con la escusa de que iba al baño claramente.

Pasamos a buscar a Sofi, quién al ver a mamá se lanzó sobre ella gritando que la había extrañado mucho, tal como lo hizo conmigo el primer día que nos vimos.

-Y Bauti? No viene?- dijo mi madre. Un escalofrío recorrió mi cuerpo, sabía que esto pasaría. Los nervios comenzaron a invadirme. De repente sentí como alguien sujetó fuertemente mi mano, miré a Lu, siempre estaba ahí, y no hacía falta pedirlo, con una mirada me indicó que era el momento.

Recuperando Mi VidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora