Rita se encontraba en posición fetal, abrazando sus piernas con fuerza mientras las lágrimas se deslizaban por su rostro. Se sentía destrozada por dentro, sentía que todo lo que ella creía era una vil mentira, sentía una gran culpa por lo que le paso a la madre de Rei, pero también sentía una gran ira, una ira hacia sus padres, hacia el mundo.
Escucho a alguien tocar la puerta de su habitación.
− ¿Rita, estas ahí?− era la voz de su madre. −Si lo estas quiero que sepas algo, aún no termino de contarte todo, falta la parte más importante. Siempre te has sentido sola, siempre dices que nunca tuviste un amigo... pero te equivocas. Si tuviste a alguien, eran casi hermanas, cuando tú tocabas el piano, ella comenzaba a cantar una canción que yo les enseñe.
Rita rápidamente recordó uno de sus sueños, que era exactamente lo que su madre acababa de decir. Una niña pequeña tocando el piano y otra cantando.
−Ella iba a mudarse el día que ocurrió el accidente, y después de que perdiste la memoria, la olvidaste a ella. Tal vez esto es lo que más no dolió ocultarte a tu padre y a mí. Porque eras una persona alegre, feliz de la vida, aventurera y muy amigable. Pero después de lo de la escuela, te volviste fría, distante y seria.− Rika suspiro y después continuo −Sé que sientes ira contra nosotros, pero esa ira te llevara a el odio y cometerás acciones que te harán sufrir. Deja esa ira, piensa bien las cosas... porque así nacen los villanos.
Rita escucho los pasos de su madre alejándose de su habitación.
Eso no podía ser cierto.
Y si lo era, ¿porque decirlo hasta ahora? ¿Por qué no antes?
Entonces hizo algo sin pensar dos veces. Se levantó, tomo su mochila, las gafas de bucear de su padre y se aproximó a la ventana. Ella tiro de su escalera plegable y la uso para bajar. Estando fuera de su casa su cuerpo tembló por el creciente frio, pero eso no la detuvo. Escucho un sonido detrás de ella, el sonido de su digivice, reposando sobre una bolsa de basura. Lo primero que paso por su mente fue el desprecio, estaba harta, cansada, era lo último, los Digimons y todo su mundo se habían acabado para ella.
−No más tamer.− se dijo a sí misma antes de encaminarse a un rumbo desconocido.
[Mismo día, horas antes. 8:40 P.M. Distrito Setagaya]
Las personas comenzaban a salir de una sala de cine, entre la multitud se encontraba una pareja de adolescentes. Ambos se veían de no más de 16 años. La chica tenía el cabello castaño ondulado y suelto, llevaba puestas unas botas invierno cafés, unos pantalones vaqueros y un suéter color plata. El chico era de cabello rubio alborotado, llevaba una camisa color gris de mangas largas, sobre la misma tenía una camisa color negro, unos pantalones vaqueros igualmente negros y unas zapatillas color blanco. La pareja camino por la acera de la calle tomada de la mano.
−Tiene que ser la peor película de superhéroes más decepcionante que he visto- se quejó el chico.
−Vamos Kiba, no estuvo tan mal, a mí me gusto.
−Claro que te gusto Sakuya, el 80% de la película era romance.
Kiba sintió como su novia se detenía en seco, el giro solo para ver a Sakuya con una expresión en su rostro de "¿es en serio?".
La chica se le acercó y le dio un beso en los labios, al hacerlo, Kiba sintió como si su cerebro se derritiera y escurriera por todo su cuerpo, una sensación que sentía cada vez que ella lo besaba.
−con tus palabras me siento insultada. No soy la clase de chica a la que le gusta ese tipo de películas.
Después de caminar un par de cuadras hacia una parada de autobuses, frente a la misma se encontraba una tienda de televisores donde muchas personas observaban el programa de noticias. En la pantalla había imágenes de una ciudad cubierta por una densa neblina
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Digimon Tamers: Millennium. Parte: I
Hayran KurguHan pasado mas de veinte años desde la derrota del D-reaper a manos de los tamers. Ahora, la hija de dos de ellos debe seguir un legado que desconocía, e iniciar una aventura no deseada, para resolver los misterios que la envuelven a ella y esta n...