"Te vi desde siempre.
Empezando por cada vez que suplicabas de rodillas, y terminando por una lacónica sonrisa y un mar de lágrimas creciente a cada segundo.
Nunca busqué que esto sucediera, lo juro. Pero al final me di cuenta, que todo lo que quise...
Mis ojos, siempre han poseído una cualidad muy poco común, especial y casi irreal.
—Me llamo Tenten.
Son como dos esferas plateadas que pueden ver desde distancias tan lejanas, que dan miedo.
—Soy tu abogada.
Inclusive, algunas veces sucede que puedo ver detrás de las paredes pequeñas sombras...
—Yo te ayudaré a salir de aquí, Hyūga.
Es algo de familia, Hinata también lo hace, y seguramente él... Hiashi.
—Perdón.
Reaccioné al escuchar su tenue disculpa. Había cedido ante la capa de suavidad y serenidad que desprendían sus pestañas, era tan espesas y oscuras... Como nunca soñé.
Una sombra nos observaba atentamente desde las espaldas de mi chocolate abogada.
Sí, "chocolate" es la palabra perfecta para describirla.
—¿Por qué me pides disculpas?... ¿Alguien más vino contigo? —Indagué antipático. Algo que siempre me molestaba, y molestaría, es que me oculten algo por más mínimo que fuese.
—Porque casi que no puedo venir a visitarte y respondiendo a tu otra pregunta, no...que yo sepa nadie más está aquí. —contestó observando a todos lados para finalmente dirigirme una mirada confundida.
Suspire rendido ante mi incomprendida desconfianza. Ella no sabía que ayudándome corría peligro, que nadie me podía sacar de este efímero agujero como me había asegurado antes.
—Así que... Tenten —saboree su nombre con gran deleite mientras no dejábamos de mirarnos ni por un solo pestañeo—, no sé cómo es esto de los abogados, y siendo sincero no me importa. ¿Necesitas la verdad? Te contaré la verdad.
Ella ahogó un gemido de sorpresa, presa de el hipnotismo que causaban mis palabras en sus oídos. Al parecer no esperaba que fuese tan directo.
—Sin embargo, he de admitir que después de escucharlas, tu vida se volverá un caos, estarás en peligro de muerte a cada segundo, inclusive después de que des un paso fuera de esta cárcel.
Tenten suspiró agobiada, para después morderse el interior de la mejilla. Saltó de el asiento y prosiguió a acercarse lo que más podía al vidrio que nos separaba. Haciendo que me alejara un poco sobresaltado.
—Mira, Hyūga —tomó aire y me observó de una manera fulminante—. Si estás intentando darme miedo, entonces tendré que dejarte en claro dos cosas ya que veo que la dulzura no funciona contigo: La primera, estos son labores de oficio. Si arriesgo mi vida, es porque lo quiero y soy consciente de ello; y la segunda, eres un maldito malagradecido. Te estamos ayudando porque en serio sabemos que si mataste a Hiashi... —levantó su mano al ver que yo le iba a contestar.
Oh no, cómo odiaba que me interrumpieran.
—Fue por una buena razón, y si no lo hiciste, entonces queremos tener la reputación para sacar a un Hyūga de la cárcel totalmente impune ante la magnitud del delito que te están culpando.
No supe por qué sonreí sin mirarla. Observando en realidad mi tenue reflejo en el vidrio.
Era fascinante como mis ojos platas y los cafés de ella se revolvían en uno solo. Nuestro cabello chocolate y mi piel blanca junto a la suya un poco más bronceada acoplaban sin rastro alguno de diferencia.
Nos veíamos algo así como perfectos, la mezcla de mi reflejo y su rostro lleno de ira, me hizo ver que en verdad... Todo.
Esto sería el comienzo de una nueva catástrofe al lado de la chica chocolate.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
