Mis ojos se mantenían fijos en la ventana. Las gotas de lluvia sonaban fuertemente chocando contra techos, paredes, autos, personas y animales. Sasori estaba durmiendo plácidamente a un lado de la cama. Mi hermana estaba hablando con alguien por teléfono, supongo que era su esposo, pero yo no podía más que ver la lluvia.
—Tenten, ¿estás bien?
Me giré a observarla, y ahí supe que yo era un absoluto caso perdido. Mis sollozos comenzaron a inundar la habitación y ella se acercó para brindarme un abrazo con una mueca de preocupación decorando su cara.
—¿Qué pasó? —susurró meciéndome como cuando eramos pequeñas—. Es tu trabajo, ¿verdad? Te dije que mejor estudiaras algo que tuviera que ver con art...
—¿Te acuerdas la vez que te prometí que nunca lloraría por un chico? Que eso era lo más patético que puedo hacer.
—Promesa que nunca me creí, obviamente. ¿Es eso? —dijo separándome de ella.
—Casi, en realidad es todo... Tengo un jodido presentimiento aquí en mi pecho. No me deja respirar tranquila y me duele tanto que me hace llorar. —musité sollozando.
—¡¿Él te trató mal?! ¿En dónde mierdas está ese maldito? Yo misma voy a...
—No. No es eso... —aclaré negando— lo que sucede es que... No sé si eso le sucede a todos lo abogados, pero he desarrollado una conexión muy especial con mi... ¿cliente? Y presiento que algo muy malo le está pasando.
Sasori se movió y murmuró algo totalmente incoherente, para volver a roncar.
—Está en la cárcel, Tenten. ¿No es lo suficiente malo de por sí? —preguntó ella con obviedad.
Me mordí los labios con la barbilla temblando. No podía dejar de llorar.
—No es eso... El caso de él es muy especial. Ni siquiera le han dictado una sentencia y ya está en prisión. —le informé mirando al techo, pero ni eso detenía mis lágrimas— Alguien controla todo lo suficiente como para asegurarse de que nunca salga de ese gélido y putrefacto lugar y sé que él es muy inocente. Pero hay algo... Estoy muy preocupada desde que leí la carta que me mandó, tengo una cosa aquí... No sé cómo explicarla, pero es una tortura.
—Espera, ¿él te envía cartas? —sus ojos emocionados estaban atentos a mis palabras, y yo me reí un poco.
—Eres una pendeja, Yakumo. No de ese modo. Y nos hemos visto muy pocas veces así que no creo que él se llegue a fijar en mí de ese modo... —miré a mi hermana, y ella tenía una sonrisa socarrona en su rostro— ¡Al igual no es como si me importara! Es solo que presiento algo muy malo.
—Ya me lo has dicho, ¿por qué no duermes y si quieres mañana te acompaño a la cárcel? Para que estés más tranquila. Vas a ver que no es nada, y que lo que sientes ahí no es preocupación sino que te estás enamo...
Sin embargo, una llamada interrumpió su monólogo. Era en mi celular, así que contesté lo más calmada posible.
—¿Quién es? —pregunté al ver que era un número desconocido.
—¿Tenten? Soy Gaara.
—Oh —mi hermana se fue a acomodarse al lado de Sasori y yo me giré nuevamente mirando la ventana—. ¿Cómo conseguiste mi número?
—Mi hermana me lo dio. —qué raro, no recuerdo haberle dado mi número de celular a Temari. Pero como soy de olvidadiza, lo más probable es que sí lo haya hecho— quería saber si querías dar una vuelta conmigo mañana.
—Mira, en verdad lo siento, pero tengo que trabajar.
—No seas así. Hace mucho tiempo que no nos vemos, puedes ir a trabajar el viernes.
El pecho me comenzó a doler con más vehemencia, pero intenté aguantar aquella opresión.
—Está bien.
—¿¡En serio!? —dijo animado— ¿Qué dices si mañana paso por ti?
—No, yo llego allá.
—No te hagas del rogar, Tenten. Tienes que estar lista a eso de las diez, ¿me escuchaste? Adiós.
—Sí. Buenas noches. —susurré colgando.
Mierda y más mierda. Neji... Joder.
En verdad lo siento.
________
El otro defendiéndola y ella aceptando a ir en una "cita". Okno jajaja gracias por leer señor@s, se cuidan :3Gracias nuevamente.
ESTÁS LEYENDO
All I Wanted ➳ NejiTen
Fanfic"Te vi desde siempre. Empezando por cada vez que suplicabas de rodillas, y terminando por una lacónica sonrisa y un mar de lágrimas creciente a cada segundo. Nunca busqué que esto sucediera, lo juro. Pero al final me di cuenta, que todo lo que quise...