Narra Grey
Fui seleccionado para ir ocho meses de entrenamiento en una base militar de la elite, hace un par de horas el teniente me llamó a su oficina junto con mi tutor para darnos la decisión que él tomó. En siete días me voy de aquí. Mi padre se le fue notificado de la noticia, me llamo para felicitarme. Se sentía orgulloso de mi logro, era mucho avance de mí en tan poco tiempo.
— Siete días Grey, ve preparándote. —Mi tutor me dijo.
—Si, losé—le respondí, dirigiéndome a mi habitación.
Cuando entré a mi habitación comencé a guardar mi ropa en una maleta, junto con algunas de mis pertenencias, quería comenzar de una vez a guardar todo y evitarme hacerlo unos días antes de que me fuera, quería tener todo organizado y bien planeado, tal vez no tendría mucho tiempo para hacerlas si me esperaba al último minuto, y seria estresante.
Mientras organizaba todo, recordé a Rad. Tenía que decirle que me iría de aquí por unos meses.
—Maldición, se quedará aquí sola—pensé. Se que estará segura en este lugar, desde que llegamos aquí, no le ha sucedido nada. A lo poco que se de ella, se que se ha sabido cuidar en este lugar. Es fuerte, es Rad.
—Tengo que decirle, pronto.
Rápidamente los días comenzaron ser más agotadores, no me daba tiempo de hacer nada, eran demasiados trabajos que se me fueron acumulando periódicamente en las clases, el entrenamiento se extendía a más horas. Me sentía agotado, cansado, fueron días duros.
—¡Ya es el día! —Lo dije en voz alta en mi habitación sentado en la orilla de la cama.
— No pude buscarla en el trascurso de la semana—pensé mientras me acostaba en la cama. Tome las placas y las mire por un largo tiempo, observando mi nombre y la de mi madre. Fueron 10 minutos los que me pasé observándolas y recordando un poco. —¿Estarás orgullosa de mí, mamá? —Te necesito tanto. —Tengo muchas cosas que me gustaría haberte contado hoy en día.
—Ya es hora Grey—Mi tutor dijo. Me levanté de inmediato y comencé a tomar las maletas y salí de la habitación. Me sentí vacío en ese momento que comencé a caminar por el pasillo de los dormitorios.
— ¿Cómo me puedo ir así nomás? —Me detuve de repente en medio del pasillo.
— ¿Y si la busco? —Me preguntaba.
—Me tomara mucho tiempo encontrarla en este lugar y perderé el autobús —pensé, pero seguí caminando hasta llegar al ascensor. Estaba ocupado así que tuve que esperar a que subiera de nuevo. —Necesito verla.
El elevador llegó, se detuvo y las puertas de este comenzaron abrirse. Mi corazón se agitó al verla justo ahí, dentro del elevador. Era lo que necesitaba.
—Rad, ¿Qué haces aquí? —le dije de inmediato cuando la miré. —Que boba pregunta acabo de hacer— pensé.
—Vine a despedirme de ti.
Ese momento se volvió confuso, me alegraba que estuviera frente a mí. Entre al elevador junto con ella. En el elevador me comenzó a contar que a ella también la seleccionaron. Mis pensamientos cambiaron al escuchar lo que me decía solo pensaba en que no quería que ella fuera a ese lugar. Un ambiente tan diferente al que ella se acostumbró aquí, alejada de todos, no quería que algo malo le sucediera. Me dijo que iría al cuartel 5 al escucharlo me vino a la mente que yo iría al 8. Despertó en mi miedo y angustia, muchos sentimientos que no me gustaban, es peligroso para ella.
No podía decirle lo que pensaba en ese momento. Ella toma sus decisiones no yo, si a mí no me agrada es algo mío. Verla justo enfrente de mí y contándome con una alegría y entusiasmo, esta emocionada por eso. Para dejar de pensar en todo eso que me invadía en esos minutos, me acerque a ella y la abrace. Ese cálido abrazo, hizo que sintiera calma. Sentí como se puso nerviosa, eso me hizo sonreír. Mientras la abrazaba fuertemente, pude sentir un objeto en la bolsa de su sudadera. —Su celular—Pensé. Lo tomé y me retiré de ella. Comencé a teclear mi número de teléfono y lo guardé en su lista de contactos. Ella solo se quedó mirando hasta que termine, se lo regrese. —Guárdalo por alguna emergencia—Le dije. Ella lo tomo con ambas manos y asintió con la cabeza. —Si. En ese momento las puertas del elevador se abrieron. Mientras salíamos ella comenzó a quitarse una de las placas de su collar. —Son similares a las mías—Pensé. Solo había una respuesta a eso, ella también fue a una misión. Mire que ella estiro su mano y me entregaba su placa, pude ver a simple vista como su nombre estaba grabado en ellas, como lucían aun nuevas con el brillo impecable que mostraban. No dude y la acepte. Hice lo mismo, quite una placa de mi collar y le entregue la mía. Ella comenzó a caminar hacia afuera del edificio. Se podía observar en el estacionamiento como los camiones se preparaban para partir, todos se alistaban.
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G.R.A.Y
ActionEn el segundo libro de la serie R.E.D: G.R.A.Y la tensión se convierte en una fuerza palpable cuando Rad, la líder rebelde, desencadena un ataque sorpresa que sacude los cimientos del gobierno del presidente Fred Osword. Con el país al borde del cao...