XXVIII

456 67 9
                                    

Frecuentarte como yo lo hacía, día tras día, tenía un simple defecto, un efecto secundario que me hacía suspirar: te echaba de menos, y el anhelo se revelaba en mi mirada perdida.

¿Cómo no hacerlo? Desde que llegaste, mi vida brillaba, habías transformado mi sendero en una vívida aventura que conquistar. Mi día a día se llenaba con sonrisas.

Abrazo InmortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora