XLI

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Tus labios rozaron mi oído y una llamarada se avivó en mi interior.

—Dime, florecilla, ¿Qué flor se arranca antes? —me preguntaste.

Tu voz sonó cargada de tristeza y cariño. Aquello me puso alerta.

Abrazo InmortalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora