Jodidamente

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Maldito Rodrigo y estúpido Bross, le dijeron a Elina que era virgen cosa que no soy ¿qué les pasa? Y se dicen llamar mis amigos, malditos maricones nazis. Estamos en casa de otro de nuestros amigos, se llama Héctor: no es de mi total agrado, pero puedo soportarlo por unas horas. Solo unas pocas.

Me río al ver como Bross vuelve a insultar a Rodrigo por no haber leído ni visto una película de Harry Potter, lo bueno de la esto es que yo si vi las películas y no me puede ir tan mal, al menos eso espero. Héctor les grita diciéndoles que se controlen o los sacarán a patadas de su casa, sería genial ver eso.

Suelto un suspiró, la verdad aunque me gustaría ver una pelea no estoy de humor para eso y es porqué aún no hallo la forma de decirle a Elina que no soy virgen, pero creo que eso sería mala idea. Las chicas tienen esa idea de "Virgen hasta el matrimonio" o algo así, y nosotros los chicos somos como "¡oh mira! Un lindo culo". Si, lo sé, somos unos cerdos.

Mi celular suena en el tono de mensaje, lo abro y es Elina, frunzo el ceño al leerlo. Dice:

"No estaré en mi casa, ha venido Julio a por mí. Nos vemos mañana"

¿Disculpa?

¿Quién mierda es Julio? ¡Mira que cabrón! Me levanto del sillón, agarro mi mochila y salgo de la casa de Héctor, los tres idiotas estaban jugando así que ni siquiera se dieron cuenta que me he ido. Voy rumbo a la casa de Elina, sé que me acaba de decir que no estará, pero puede que este ¿no? Además ¡¿Quién mierda es Julio?! Pateo una lata inocente que se ha metido en mi camino, pero sigo avanzando.

Solo cuando llego a la casa de Elina, me detengo a pensar las cosas. Elina y yo no somos novios, así que no tengo ningún derecho de reclamarle. Aunque ella si me reclamo por lo que paso aquella vez en mi carro y esa tipa, pero si yo le reclamo se va a enojar ¿no? En verdad, ¿Por qué son tan complicadas?

Suelto un suspiro, me siento en la banqueta y me pongo a jugar con mi Nintendo Ds, gracias al cielo que pude comprarme el último de súper Samas. No sé la verdad cuanto tiempo me la pase ahí jugando, pero solo escuche pasos tras de mí y después de eso Elina estaba sentada a mi lado, vi hacia todos lados, pero no vi ningún carro ni a ningún idiota con cara de Julio.

- ¿Por qué no has llamado a la puerta? –me pregunta Elina, viendo hacia sus tenis rojos.

- Porque no estabas. –me encojo de hombros, guardando mi videojuego en la mochila.

- Si estaba, tonto.

- Pero dijiste que...

- Quería darte celos. –suelta un bufido. –Una amiga me dijo que te estabas tardando mucho en pedirme que fuéramos novios, así que me recomendó el ponerte celoso y así obligarte a que me hicieras tu novia.

- Dios, Elina. –me rio a carcajadas, por su culpa he maldecido a un Julio inocente e inexistente.

- ¡No te rías!

- Perdón. –me giro quedando de frente a ella, le tomo las manos y espero hacer esto bien, porque sí no moriré de la vergüenza. – Me gustas mucho, Elina, más que no sabía cómo decirte que fueras mi novia ¿entiendes? Para mi tu eres perfecta y yo soy un feo homúnculo, pero tu amiga tiene razón. Me he tardado mucho y, bueno, tuve que haberlo hecho hace años...

- Cállate y pregunta. –reclama sonriéndome.

- Está bien, mandona. –sonrió y me acerco un poco más a ella, le beso la punta de esa linda nariz que tiene y la veo a los ojos. En verdad es hermosa. – ¿quieres ser mi novia?

- ¿Qué respuesta estas esperando? –arquea una ceja.

- Un jodido "Claro que sí, hazme tuya en este momento".

Elina se ríe a carcajadas, toma mi rostro entre sus manos y me besa en los labios, adiós neuronas. Sonrió contra sus labios, ella también lo hace y susurra las palabras que a cualquier chico le dan la vida.

- Claro que quiero ser tu novia.


Querido Dario...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora