¿Por qué no?

94 16 1
                                    

Despierto con nauseas, me levanto a como puedo de la cama y vacio todo mi estómago en el WC, es tan asqueroso vomitar, pero más el asqueroso el sabor que deja. Entonces viene el dolor de cabeza, me quejo y jalo la palanca del baño.

Me levanto a como puedo, camino con torpeza y me veo en el espejo, estoy hecho una mierda. Ojeras, lagañas, baba seca y mi cabello parece haber estado en una pelea del renacimiento o algo así. Lo unico bueno es que tengo barba.

Abro la llave, me inclino y labo mi cara, tallando con agua y jabón... como pin-pon o pim-pom o pinchis quién sea. Escucho pasos acercarse, un tarareo de una canción que desconozco y cuando me enjuago el jabón, secando después mi cara, vuelvo a mi habitación.

Freno de golpe, Aretha está aquí. Esta usando unos infarti-short y una blusa holgada, esta levantando la basura de mi habitación, ¿Le llame?  ¿Tuve sexo con ella? ¿Estube bien? ¿Por qué esta limpiendo mi habitación?

Treat you better... -  Me rio.

— ¿Tan mal estuvo?

Pega brinco, me voltea a ver y aprecio sus rasgos, su cabello esta sujeto en una coleta alta, no se ve provocativa cómo usualmente se ve, tampoco lo que trae pues es sensual.

Se retira los audifonos, suelta suspiro y cierra la bolsa de basura, colocándola cerca de sus pies.

— Hola, Darío, ¿cómo dormiste? -

¿por qué tiene piernas bonitas?

— Dormi bien, sólo que no me acuerdo de nada.

— ¿No recuerdas haber tomado? - arquea una ceja.

— Eso si lo recuerdo. - ¿cómo le preguntó? Camino de vuelta al baño, abro el agua de la regadera. - Voy a tomar un baño.

No la volteo a ver, pero sé que sigue ahí;  si entra es porque tuvimos sexo y ve normal que nos bañemos, sino tuvimos relaciones se irá... o tal vez tuvimos relaciones, pero le dio pena o fui muy rudo o no le gusto o... ¡MALDICIÓN! no sé.

Escucho el sonido de la bolsa, parece que la ha sujetado con fuerza y entonces el sonido fuerte de la puerta de mi cuarto al cerrarse.

Entonces... ¿paso o no paso?

Después de tomar una rápida ducha, donde la pregunta sigue rondando mi cabeza, salgo y me visto con ropa ligera, una pantalonera y camisa ancha. ¿Aretha seguirá aquí? ¿Por qué se iría?

¿Por qué no debería hacerlo?

Me dirijo a la sala, el olor a tortillas y chilaquiles me hacen babear, ¿preparé eso? Voy directo a la cocina y me detengo, Aretha está cocinando y Gerardo se restriega contra sus piernas. Doy unos pasos hasta detenerme a su lado y ver lo que voy a desayunar: chilaquiles y frijoles, con carne. Delicioso. Ella me voltea a ver, le sonrió, pero vuelve su atención al guiso...

— ¿Hice algo malo? -pregunto, ladeó la cabeza para ver su rostro. - ¿Aretha?

— Si.

— Bien, ¿fuí muy rudo?

— Si, lo fuiste y tambien muy grosero.

— Suelo decir groserías cuando tengo sexo, es normal; no fue personal.

— ¿Qué? - me voltea a ver, sus mejillas estan rojas como un tomate y me ve con horror, bien, creo que fui un total bestia. - ¿Cómo que "Sexo"? ¿Quién está hablando de eso?

— ¿Nosotros? -apago la estufa.

— Nosotros no tubimos sexo.

— ¿No?

— No. - cruza sus brazos, claramente molesta.

Sus labios rosas en una mueca, el cabello castaño oscuro acariciando a penas sus hombros por la restricción de la coleta alta y esos ojos miel brillosos, tiernos, de un miel cómo la luna al emerger...

— ¿Por qué no? - ahora el molesto soy yo.

Querido Dario...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora