Todos los días al despertar me gusta ir a la playa, es la manera en la cual dejó de pensar en la vida diaria y me enfoco en sólo una cosa, la vista al mar, es hermoso, se ve tan calmado como si no dependiera de nada ni de nadie para ser feliz, es lo único que nos separa de lo común.
No soy la chica que habla mucho, la que todos quieren, la que viste bien.
Soy sólo yo, una chica con una vida normal, con la misma rutina, con pensamientos negativos, eso es lo que me aleja de la realidad.
Caminando por la playa puedo sentir como las olas chocan con mis pies descalzos y llenos de arena. Como la brisa se posa en mi rostro y como la humedad entra por mis poros.
Me quedan 3 días para entrar a clases y la verdad no tengo muchas ganas de ir. No después de lo que ocurrió.
Al llegar a la banca de madera, la banca posada en el medio de la nada, con vista frente al mar me siento y revisó mi WhatsApp.
Mensaje.
Ally, ¿estas ocupada esta tarde?
No tenía ganas para contestar y decidí apagar los datos y dejarla en visto.
A lo lejos puedo apreciar un chico tes blanca, con un cuerpo perfecto debo admitir, rostro hermoso, já no me sorprendería que fuera el típico chico egocéntrico. jamás lo había visto por acá. Llamo demasiado mi atención a decir verdad.
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Bajo La Luna.
Teen FictionPor la orilla de la playa se encontraba sola, con 25 dólares en el monedero y sin ilusión alguna, lastimada una vez más. Cuando de pronto llega aquél chico que te pone los pelos de punta y te hace quererlo aunque no lo desees. Ese chico que llega a...