Jayden se aproximó con una sonrisa burlona en su rostro. Tenía ganas de estamparle mi puño en su perfecta y hermosa cara. O dios Ally no te descontroles.
-¿Te caíste? -pregunto y me ofreció su mano aun con esa sonrisa burlona.
-Noo. -alargue-. Me tiré para saludar al piso.
-Río como loco-.
-Ja ja ja- dije sarcástica-. Callate que llamarás la atención de los demás. -dije.
Me sentía tan avergonzada que no dure mucho y me torne de un rojizo.
Jayden se dio la vuelta y no tarde en gritar.
-¿¡No me vas a ayudar!?
-Oh claro. -giro sobre sus talones.
Bonita forma de encontrarte con el que te gusta. O por Jesús que eh dicho.
-Y bien..-dije algo incómoda.
-Bonita forma de saludame. -hablo y se hacerco para plantarme un beso en la frente. -Oye.. sólo quería invitarte a..
-Aah..-Trate de hacer que prosiguiera.
-Ah una toca que daré con mi banda hoy, ¿te gustaría? -bajo la mirada al suelo.
-Oh pero que dices. -empuje levemente su hombro. -me encantaría.
-Entorno su mirada a mis ojos y vi que en su mirada había emoción- Pasaré por ti.. sólo prometeme que no harás el ridículo y te cairas. Por favor.
Trato de sonar convencerdor.
-Reí a lo bajo y accedí. -Lo prometo.
Paso su brazo por mis hombros y me dirigió hacia su motocicleta. Cuando de pronto.
-Hola, guapo. -dijo un poco coqueta una chica pelirroja.
-¡Hey! -respondió con alegría y la abrazo.
No dude ni un segundo y carraspeo. Sí algo ridícula. Jayden torno su mirada hacia mi y la miro de nuevo.
-Ah sí, ella es Ally. -dijo sin mirarme.
-Mucho gusto Ally. -me ofreció su mano.
Quizá deba tratar de sonar interesante.
-Sí, demasiado gusto diría yo. -le lancé un sonrisa falsa. -¿Tu eres?
-Río y me respondió. -Astrid, la prima de Jayden.
Espera qué. Que vergüenza.
Jayden no paraba de reír. hací que tuve que actuar y le pegué con mi codo en el estómago.
-Aush. -se quejó.
-No te rías. -dije cruzada de brazos.
-¿Estabas celosa? -dijo con una mirada pícara y con ironía dijo- OH SI QUE LO ESTABAS.
-Calla Jayden, no lo estaba, y no lo estaré nunca.
-Sí claro. -beso mi mejilla. -Ya verás.
Claro que lo estaba.
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Bajo La Luna.
Teen FictionPor la orilla de la playa se encontraba sola, con 25 dólares en el monedero y sin ilusión alguna, lastimada una vez más. Cuando de pronto llega aquél chico que te pone los pelos de punta y te hace quererlo aunque no lo desees. Ese chico que llega a...