Ya habíamos terminado de comer pizza, a Jayden se le había quemado el espagueti, o bueno lo que dijo el fue que se había descuidado, pero cuando subió por el álbum familiar, Itzel me dijo que él nunca cocinaba a lo que yo reí como foca retrasada.
Estábamos en el sofá Jay con la Pequeña en brazos y yo recargando la cabeza en su hombro, había visto todo el álbum y nos burlamos de Jayden en las fotos, hasta que Itzel quedó rendida.
Y no podía quejarme, esta sí era una familia, pequeña pero familia. Al final la señora muy amable llevo a la niña a su habitación y yo me encontraba a solas con Jaydan.
-Y bien..-Alargó sonriente-, ¿quieres quedarte o quieres que te lleve?
-Es un poco tarde, y creo que papá está preocupado. -sonreí y me puse de pie.
-Sí, eso creo. -hablo y no despejó si vista de mí.
-Me balance. -¿Me puedes llevar? -dije un poco tímida.
-O claro. -subió al segundo piso y bajo corriendo con las llaves y una chaqueta. Meneo las llaves y me abrió la puerta.
-Que caballero, ¿con todas eres así?
-No con todas, con muy pocas en realidad. -respondió y me entregó el casco.
Eso debería ofenderme o hacerme sentir bien, en ese momento me puse celosa, pero no lo demostré.
Como de costumbre me dio un beso en la frente y entre.
¿Porqué no me besaba? ¿Me tendría asco? ¿No le gustaré? De sólo pensar en eso me duele.
[*..]
Al despertar corrí al baño, ya era tarde y me había quedado dormida, por eso nunca me duermo tarde.
Bajé a la cocina y pude notar la ausencia de papá. No era algo nuevo para mí. Siempre estaba en el trabajo.
[*..]
Ya había salido de clases. Hoy tuve 10 en el examen de francés y me sorprendí, la maestra me odiaba aunque siempre fue por el estúpido de mi ex novio, ella es joven y bonita y él me pinto los cuernos con ella y esa fue una de las muchas veces que lo perdone.
Al salír ví a Jay con unos papeles en manos y recargado en la motocicleta y decidí caminar hacia él.
Cuando de pronto. Me encontraba en el suelo.
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Bajo La Luna.
Teen FictionPor la orilla de la playa se encontraba sola, con 25 dólares en el monedero y sin ilusión alguna, lastimada una vez más. Cuando de pronto llega aquél chico que te pone los pelos de punta y te hace quererlo aunque no lo desees. Ese chico que llega a...