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Edith, abrió sus ojos y miró por la ventana, el domingo parecía que era bien soleado, a continuación agarró su móvil y vio un WhatsApp de Maik, abrió el WhatsApp, con el corazón agitado.

Maik:

--- Buenos días hermosa! ^-^
Gustas dar un paseo?

-- Buenos días! Sí, claro...
Pero te avisó cuando este lista

--- Vale, te espero princesa

-- hasta el rato ^-^

Soltó el móvil, y fue al baño, se dio una ducha y cuando llegó el momento de vestirse, se dio cuenta que sólo tenía el vestido de a noche. Bajó corriendo liada en la toalla y descalza, llenando todo el suelo de agua, su pelo chorreaba.

- ¡Mamá, papá! *Edith llamo a sus padres nerviosa*

- ¿Que ocurre? *Preguntó el padre preocupado*

- No tengo ropa, osea si tengo, pero no para ver al hijo de la amiga de mamá. *Se explicó*

- Hija vamos a mi armario, tengo un vestido que nunca pude deshacerme de el, ya que fue el primer regalo que me hizo tu padre, y quería dartelo hace tanto tiempo. *Dijo su madre tan feliz de poderle dar su tesoro*

- Gracias mamá. *Dijo muy ilusionada*

Madre e hija fuero a la habitación, Marina abrió el armario y saco un vestido blanco, de floresitas rosas y le saco unas sandalias blancas de ella, madre e hija tenian el mismo número de pié. La madre selo entregó como si fuera de cristal el vestido y le lanzó una sonrisa tan maternal.

- No es el vestido mas caro, y puede que no es el mas hermoso pero es el mas valioso para mí.

- Gracias, ¿Y las sandalias?

- Son nuevas, y te quedará genial, un regalito para mi princesa, y un bolso pequeño a juego para el móvil y eso. *Dijo sacando un bolso blanco del armario*

- Me visto, desayuno rápida y lo llamo para ver donde quedamos. ¿Te parece bien madre?

- Perfecto princesa.

La chica se vistió, maquillo como el día anterior, perfumo y tomo su vaso de leche con cereales, para llamar al chico. Después de colgarle salió de la casa y fue al parqué que andaba a unas manzanas de su casa, ya que hay estaría Maik.

Edith caminaba por la calle, se sentía tan rara así vestida, echaba de menos estar con su padre jugando con los videojuegos, pero no quería ser antipática con el chico, y no podía decirle que fuera a jugar con ella, y lo peor que ahora tendría que ir así a clases, por que le digo que estudiaba en el mismo lugar, no tenía de otra, ya que seguramente su madre le contaría a la madre del chico.

- ¿Señorita Edith? *Su profesor pregunto extrañado*

- Profesor Drake, si soy yo. *Su rostro se tiño de un rojo claro, de la vergüenza que sintió*

- Buenos días, no esperaba verte por aquí y menos así tan...

- ¿Tan rara? ¿Femenina? *Lo interrumpió*

- Tan arreglada. *Le corrigió*

- He quedado con un chico y pues, no sé. *Se rasco la nuca*

- No siempre las princesas deben llevar tacones, también puedan llevar unas deportivas.

- No son tacones. *Levantó el pié un poco para mostrarle*

- Bueno era una forma de hablar. *Se echó a reír* Ahora te dejo con tu cita, debo ir a por mi hijo.

- Sí, claro adiós. Nos vemos en clase.

EL CAMBIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora