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Realmente si sabía, pero decidió mentirle, y ocultarle que a Paulina le daba vergüenza que la pudieran ver, realmente era manía de ella que se la había contagiado.

- Dejalas así. *Le dijo aun de pié, con tan solo unas bragas rosa palo y un sosten sin tirantes del mismo colo* Y ven.

Ando hacía ella, obedeciéndole, como si su cuerpo no pudiera hacer lo contrarió. La miraba de tal modo, que ella sentía que se la comía con la mirada. Y eso mismo estaba haciendo él. Deleitándose con su musa.

- ¿Sabes que? Pensé que no llevabas sujetador. *Se puso colorado ante su confesión*

- ¿Por que? *Se empezó a aproximarse hacía su galán*

- Por que no te vi tiranta. *La agarró por la cintura y ella saltó para que la cogiera, él la agarró bien por el trasero* Me encantas. *Drake se mordió el labio inferior*

- Siempre llevo. *Confesó poniéndose roja como un tomate*

- ¿Hasta para dormir? *La miró estrañado*

- Siempre, hasta para dormir, solo no tengo cuando me ducho.

- Pues, a la de una, a la de dos *Edith lo miró raro, preguntándose por que decia eso* y a la de tres. *Con un ligero movimiento soltó el broche del brazier, y lo tiro. ¡Dios sabe a donde!*

- ¿Que haces? *Se cubrio con una mano y hundió su cabeza en el cuello de este, con los ojos cerrados, cabreada y avergonzada*

- Cielo, no tengas vergüenza, ni te enojes. *Dijo recostándola en la cama* Mirame.

Abrió los ojos, y lo miró, sin descubrirse los pechos, el muchacho agarró el brazo con el cual se cubría y con dificultad se lo quitó, entrelazo las dos manos de la chica con las suyas. La observó detenidamente, y no vio el por que se tapaba tanto.

- ¿No te entiendo? Eres hermosa, que tanto miedo y vergüenza en quitarte eso. No lo entiendo.

- Ni te das cuenta. *Dijo mirándolo a los ojos con la cara aún un poco de enojo*

- ¿De que? No veo nada raro.

- De qué mi sujetador tiene relleno.

- Pues te veo igual. *Se levantó y empezo a buscarlo, cuando lo vio encima de la cómoda lo agarró y miró, luego la miro a ella y se echo a reir. Ella se puso sentada en la cama, ultra mosteada con los brazos cruzados.

- ¡POR QUE TE RÍES?

- No te enojes, y mucho menos me grites. Soy tu novio, no un amigo. *Dejo de reír* Y me rió por que llamas relleno a dos dedos o cosa así, eso solo te la levanta un poco para que te quede los escotes mejor y eso.

- Pues yo me veo mucho menos así, dámelo.

- Luego, ahora no. *Lo soltó donde mismo lo encontró*

Se ha cerco a ella recostándola y él sobre ella. La besó, la beso hasta que se quedo sin aire. Bajó por el cuerpo de ella, la cuál comenzó a moverse como una culebra. Pero no es para menos sentía recorrer su cierpo por primera vez, esa electricidad, ese calor, esas palpitaciones, todas esas sensaciones era todo un descubrimiento para ella, y para él un reencuentro con algo que ya ni recordaba de tanto tiempo que hacia que no sentía algo así.

EL CAMBIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora