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El padre la dejó ir a la casa del joven, ella salió brincando. Pero no vio a Drake. Miró a todos los lados y el auto estaba aparcado, pero estaba vacío.

- Drake ¿Donde estas? *Dijo con su tono de voz normal*

Drake se reía desde el lateral de la casa, viendola como lo buscaba. Cuando pudo dejar de reírse, se ha cerco lentamente, por la espalda, la agarró y ella dio un brinco, la empezó a besar por el cuello.

- Eres malo. Me has asustado. *La rubia puso sus manos encima de las de Drake, que la tenía en su vientre*

- Te adoro. ¿Dime?

- Pues que me deja ir contigo. Y que va a dormirse ya.

- Pues sube al auto. Aun que la verdad que ya estoy casi seco.

- Realmente lo único que tenías mojado era la ropa interior.

- Bueno al vestirme mojado la ropa también lo estaba, y mi pelo estaba goteando, pero ya esta casi seco también.

- Lo sé amor. Pero vamos entonces a que te cambies.

- Si, vayamos.

Llegaron a casa de Drake, estaba vacía, Edith entró con miedo, no quería despertar a nadie.

- Cielo, aquí no hay nadie. Esta no es la casa de mis padres.

- Pero, ¿Entonces?

- Es mí casa, la cual mis padres no me dejan vivir desde que soy padre soltero.

- ¿Vivias sólo?

- Vivía con ella. *Señaló una foto*

Edith miró a la fotografía, estaba Drake con Paulina, su difunta esposa, mirándose, mientras él la agarraba por la espalda.

- ¿Tu esposa es... era gótica?

- Única. Era única. Como tú.

- ¿Yo?

- Sí, por que tú no sigues esas modas absurda. Te adoró.

- ¿Lo dices por las pintas de macho que a veces llevo? Por que ahora estoy con un vestido.

- Estas hermosa. Y Paulina era algo siniestra, no se si se puede calificar.

- Me gusta el nombre de ella. Cuando tenga una niña le ponemos así.

- Edith, amor voy a cambiame. Ahora vengo.

- ¿Me dejas sola?

- ¿Te da miedo?

- No. Bueno sí. Es que esta todo muy silencioso.

- Sí, bueno sube a mí habitación conmigo.

Subieron y el cogió ropa para cambiarse al baño. Ella se quedó en la cama mirando las fotos de ellos, ósea, de Paulina y Drake.

- ¿De dónde era?

- ¿Paulina? *Dijo saliendo del baño, con la camiseta en la mano y unos vaqueros sin abrochar*

- Sí. *Dijo mirándolo muy atentamente*

- Italiana, pero se vino aquí con 5 meses de vida. *Se sentó a lado de su novia* O eso me contó mi suegra.

- ¿Y ella hablaba?

- Sí y ella me enseñó. Ahora podemos dejar a Paulina a un lado.

- Perdón, es curiosidad.

- Es que me resulta raro hablar de ella contigo.

- No te preocupes. Soy yo que me entró curiosidad.

Edith paso su mano por el tatuaje de Drake, se miraron con ternura. Quitó un mechón de pelo de la chica y lo acomodó atrás de su oreja.

- Amor ¿Vamos a ver la película?

- Prefiero estar aquí contigo Drake.

- Eres una caprichosa. *Se echó hacía atrás en la cama*

Edith sonrió y se tiro en plancha sobre él.

- ¿Por que me torturas? ¿Por que las chicas de 15 años sois tan revoltosas? *Dijo pensando en Paulina con 15 años y en él*

- ¿Tu como eras? *Apoyo, sus manos en el pecho de Drake y la barbilla en sus manos*

- Pues normal. Quería divertirme, aun teniendo novia, pensaba mas en pasar ratos con los amigos, incluyéndola por que antes que mi novia era mi amiga. *Suspiró* No sé, pero estas sobré mí, sabiendo como me tienes y ¡Agrrr! Tienes 15 años, y *Edith lo callo en seco, dándole un beso*

EL CAMBIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora