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- Esa chica no se donde esta. Y no se si la quiero de regreso, ya no me miran como si fuera de otro planeta. *Le comenzó a contar* Estoy arta, de que me digan macho, soy una mujer, y ahora me di cuenta, no me vas a entender nunca.

- No me gusta llevar camisa, chaquetas, pantalones de salir, corbatas, y a veces me las pongo para que los demás profesores no me miren raro, pero los findes me coloco mis vaqueros, mis chalecos y si es necesario mi chaqueta de cuero. Te entendo, pero deberías poder combinar, así te sentirías mucho mejor. Yo solo me siento bien conmigo mismo los fin de semana.

- Quizás tengas razón, pero debo ayudar a mi madre. Y Maik es el hijo de la amiga de mi madre, también creo que es mi novio.

- ¿Lo quieres?

- No, por que no soy yo misma. Él no me quiere a mí, él quiere a esa chica fina en la cual me convierto.

- ¿Y por que no lo dejas?

- Ni yo lo sé, ¿Es guapo? *Intento buscar una respuesta, no la halló*

- Con eso no se come. Ser como te gustaría, como te sientes cómoda y tú misma.

- Gracias. Y encontraré el modo de solucionar esto, sin perjudicia a mí madre.

- Vale, suerte. Ahora, voy a irme ya con mi hijo.

- Drake. ¿Es tu nombre o apellido?

- Mi apellido, por él que todos me llaman desde pequeño.

- ¿No te dicen tu nombre? ¿Por que?

- Por que Drake suena fuerte y es mejor para reñirme. *Drake saco la lengua y se rasco la nuca*

- ¿Eras malo?

- Nunca fui un niño bueno, he sido muy travieso, y quizás mas de adolescente algo malo. *Sonrió al recordar lo trasto que era*

- ¿Como te llamas?

- Patrick. Me llamo Patrick, pero prefiero Drake.

- Un gusto. Yo ya me voy a dormir, ya que debes ir con tu hijo, y a parte ahí clases.

- Sí, adiós. Nos vemos mañana.

Drake, entró por las puertas de casa ya muy aliviado, ya al fin se sentía agusto con él mismo, el estar mal con Edith lo ponía mal a él. Fue a la habitación de su hijo, un pequeño adorable rubio de ojos azules, los cuales no los podía ver, ya que dormía profundamente, esa cara angelical, abrazando a su osito celeste, arropado con su manta de Doraemon, y su pijama azul, con huellas rojas. Drake con sumo cuidado beso la frente de su hijo Aitor.

Edith amaneció tan feliz, todo por la visita de su profesor. Se miró al espejo y suspiro. Pensó «¿Que look le gustara más? ¿El de ahora, o el de antes?» Dicho estoy mentalmente, agarro unos jens y una blusa rosa, se planto unos tacones, se maquillo y se arreglo el cabello. Ya estaba lista para otro día más con ese cambió. Cada día le resultaba mas dificultoso no coger su tabla de skate, o jugar a la consola, sobre todo cuando estaba su padre jugando. Tenía que buscar un lugar para montar en su tabla. Urgentemente.

EL CAMBIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora