Capítulo 17

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O no escribo, o la inspiración me viene de golpe. Hemos llegado al final de la Saga, sí como leéis, el final. Este es el último capítulo como tal, sólo queda el epílogo tras eso, C'est fini.

Así que aquí os lo dejo, ya creo que hoy no subiré el epílogo...no lo sé aún, porque no lo tengo escrito pero sí pensado. La bombillita se ha encendido bien jejeje.

Espero que os guste.

Becky Towers

- ¡ Nick, Nick!-escuché los gritos desesperados de Ruth al otro lado del teléfono.

Mi cuerpo se petrificó al escuchar su voz rota, desesperada, se notaba el miedo en su tono.

- ¡Nick, ayúdame!

Me debatía entre terminar la llamada y dejar de escuchar lo que estaba ocurriendo, o continuar...pero necesitaba avisar a la policía si no Ruth, terminaría muerta.

Finalmente y con todo el dolor de mi corazón, finalicé la llamada. Devastado, apoyé mi cabeza sobre el volante del coche. Llevaba horas buscándola y no había conseguido dar con ella. Recorrí cada uno de los lugares donde creía que podía encontrarse, pero no había tenido suerte. ¿Cómo iba a encontrarla?

Estaba seguro que Rubén estaba detrás de la desaparición de Carla, y que con eso había coaccionado a Ruth para que regresara con él. Me jugaba el cuello y seguro que no lo perdía. Era un cabrón, un malnacido, jugar con una niña y con Ruth. Si me lo volvía a encontrar, nadie podrá detenerme...lo mataría por todo el daño que está haciendo. Apreté con fuerza el volante con una de mis manos, hasta que los nudillos se volvieron blancos de la presión.

Justo en ese momento, mi teléfono vibró en mi otra mano y sonó la alarma de haber recibido un mensaje. Se trataba de Ruth, seguramente me lo habría enviado antes de que Rubén le arrebatara el teléfono.

Abrí el mensaje y para mi sorpresa se trataba de la ubicación, el lugar donde se encontraba Ruth. Un halo de esperanza apareció, ella misma me estaba ayudando a encontrarla. Había puesto en peligro su vida para darme esta pista...no podía defraudarla, tenía que encontrarla antes de que fuera demasiado tarde y estando a solas con Rubén, esperaba que no fuera así.

El lugar se encontraba al norte de Madrid, más o menos a unos cuarenta y cinco minutos...demasiado tiempo, pensé...pero no debía perder más tiempo, arranqué el motor y me dispuse a conducir hacia el lugar a toda velocidad.

En el camino, llamé a emergencias indicándoles el lugar. Según me dijeron ellos llegarían antes pues mandarían los efectivos más cercanos.

A la salida de Madrid, me encontré con un control de la Guardia Civil que naturalmente me dio el alto.

- Señor, ¿sabe a qué velocidad iba?-preguntó el agente en cuanto bajé la ventanilla.

- Señor agente, tienen secuestrada a mi novia, debo ir en su busca...-dije con amargura y prisa.

- Es la excusa más surrealista que me han dado en mis años de servicio-comentó entre risas reprimidas.

- ¡No es una excusa!-golpeé el volante con frustración-Le estoy diciendo la verdad, su marido la tiene secuestrada y como no llegué pronto, estoy seguro de que la matará...llamé a emergencias y pregunte, di el aviso hará 10 minutos-era tal la angustia y desesperación que vio en mí, que accedió a comprobar la historia.

Se alejó de mi vehículo, acercándose al coche patrulla. Vi como pedía información a través de la radio del coche, mientras no me quitaba el ojo de encima. Al cabo de unos segundos, volvió hacia donde yo me encontraba.

Saga White. RescátameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora